La irrupción sorpresiva de la candidata Beatriz Sánchez ha suscitado la atención no solo de sus adherentes del Frente al Amplio, sino también y con mayor efervescencia de sus detractores, la derecha y la nueva mayoría.
Es esperable que en la lucha por llegar a la moneda existan críticas entre candidatos y sus partidarios, pero es sorprendente que estás se refieran a la falta de capacidad, actitudes necesarias para ocupar el sitial presidencial, tanto de Beatriz como de los demás miembros del Frente Amplio, practicados en un tono de ninguneo por parte de sectores que lucharon en alguna época por retornar a la Democracia.
Afirmando estas posiciones contrarias con tanta convicción que han llegado a instalar la idea en la opinión pública de ciertas exigencias habilitantes, no contempladas en ninguna norma jurídica, tanto para ser candidato al parlamento como para ocupar la presidencia, contar por ejemplo con una basta experiencia tanto política como profesional, de servidor público, pertenecer a un grupo determinado, tener redes de apoyo para gobernar, exigencias que siendo claro constituyen una mentira descarada.
Quienes sostienen estos requisitos no solo mienten, además atentan contra los principios democráticos propios de una República Democrática, entre ellos la autodeterminación del pueblo al tener por posibilidad de elegir sus representantes, que reflejen el pluralismo político existente en la sociedad, consiguiendo que los intereses de todos los ciudadanos estén presenten a la hora de legislar.
Luis Esteban Zamora
