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Jueves 25 de Abril del 2024 09:16

Sinceramente, me gustaría ser mala persona

La vida se les hace más fácil a aquellos personas que actúan pensando solo en su conveniencia. Sin embargo, optar por el camino del esfuerzo y la voluntad, te entrega una satisfacción mayor.

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Juan Angel Torres
Juan Angel Torres
Me atropellaron el 2015 y aprendí a caminar de nuevo. Trabajo en una Agencia de Comunicaciones en Santiago. Editor Web @diarioafta Ex @ucv_tv, ex @canal13 y ex de varias

206237_10151698030369780_1035561499_nVivimos en un mundo globalizado, intenso, desalmado y que intenta día a día aterrizar tus proyecciones, pero es posible romper el esquema tratando de que el cielo sea el límite y lograr algunas cosas que solo podías soñar en su momento.

Lograr tu propio éxito es difícil pero no imposible, me refiero a estar equilibrado emocional, laboral y económicamente. Conseguir algún objetivo siempre será más fácil con ayuda, sin embargo, existe cierta clase de ayuda que conlleva tranzar tus ideales ética o moralmente.

No es un misterio que en el plano laboral existen algunos personajes que lograr escalar posiciones o conseguir ciertos empujones en base al compadrazgo y malas prácticas, la meritocracia rara vez se hace presente y el CV importa poco cuando existe el “pituto”.

“El o la sapo de la oficina” y “El espinita” siempre estarán presente en nuestra vida y uno puede elegir dos caminos, el camino largo y bueno o el corto pero malo.

Esforzarte, estar preparado, poner mucha energía, voluntad y ser el mejor para un trabajo, no garantiza obtener o conservar el empleo.

Ser del bando de los buenos a veces juega en contra, buscar cumplir con el trabajo, ayudar a tus compañeros y ser un buen empleado no es bien visto por algunos miembros del grupo. Si eres muy bueno y comprometido con la labor, pasas a ser una amenaza.

Por otro lado, en el bando de los malos, solo se dedican a entregar lo justo y a mantener el status quo cómodo, sin esfuerzo ni proyecciones. Si eres muy malo, pasas a ser un buen soldado, sigues órdenes.

Honestamente, me gustaría ser mala persona, ser “el sapo” y conservar un trabajo muchos años, siendo infeliz pero siempre con dinero en el bolsillo. Luego recuerdo que a las personas buenas siempre les sale bien, solo nunca hay que perder la fe.

El tiempo pone a todos en su lugar, solo hay que ser paciente.

 

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