Por todos es conocido que la explotación del litio significará gran riqueza. Muchos se frotan las manos y ven en esto la posibilidad de tener nuevos ingresos. Especialmente si consideramos que las reservas de Litio de Chile tienen una gran ventaja, ya que su costo de explotación es menor. Es sabido que, en nuestra región, en especial en el salar de Atacama se hayan las mayores reservas de Litio. Todo esto podría significar una gran noticia para los que vivimos en estas tierras, podríamos soñar con nuevos puestos de trabajo que podrían a la larga quitarnos ese estigma de ser la región con mayor desempleo, podríamos ver convertida nuestra región en un polo de desarrollo no solo económico, sino que también científico.

Pero parafraseando al Doctor Jan Cademartori, estas buenas noticias solo parecen volverse una muestra más de lamento por el menosprecio con que es tratada continuamente nuestra región. En primer lugar, el doctor Cademartori nos plantea la torpeza que comete una vez más el Estado chileno en incentivar la exportación de materias primas sin considerar agregar valor a las mismas. El famoso acuerdo entre CORFO y SQM, amplía las cuotas de producción que ya mantiene dicha empresa a un nivel dos veces superior a lo que anualmente hoy producen. La crítica que plantea el doctor es que en general los primeros años de extracción son más rentables pues las materias primas son más accesibles y requieren menos trabajo que retomar tal situación luego de 27 años de agotamiento.

Pero, tal acuerdo solo deja un bajo porcentaje para invertir en desarrollo científico que permitiría agregarle valor. Para tal efecto se habla de la generación de un centro tecnológico para manufactura avanzada que permitiese a mediano plazo producir baterías de litio que agregarían valor a nuestra producción. El problema es que nos hemos enterado esta semana que nuestro Estado pretende instalar tal centro en la región Metropolitana o en la del Biobío, relegando una vez más a la región que paga los costos ambientales, sociales y económicos.

¿Hasta cuando debemos continuar aceptando este maltrato permanente en contra de nuestra región? ¿por qué dejamos que se nos siga atropellando y que solo se nos vea como una región de debe padecer todas las externalidades del extractivismo. La región de Antofagasta se merece más.

¿Qué podríamos hacer? El doctor Cademartori nos plantea lo que hicieron los vecinos argentinos en la región de Jujuy: “En el caso de la provincia de Jujuy, para asegurar parte de la producción, las autoridades provinciales obligaron a la empresa extranjera que explota el litio, a venderle un porcentaje para que Argentina pudiera agregarle valor. Ello sin perjuicio de cobrar un royalty y de exigir parte de la propiedad de la empresa, lo suficiente para tener un asiento en el directorio de la empresa”.

Creo que es hora de levantar la voz por nuestra región. No nos puede pasar por tercera vez lo que no hicimos con el salitre ni con el cobre. Nuestra región debe desarrollarse. Parte de las ganancias del Litio deben quedar en nuestra región para nuestro desarrollo. Debemos participar en las decisiones que toman las empresas. Y debemos tener en nuestra región el instituto tecnológico para el desarrollo de talentos en nuestra región. Invito a legisladores y representantes electos, consejeros regionales, concejales y alcaldes a tomar estas banderas con un sentido de unidad, pues no podemos permitir que por tercera vez en la historia se nos siga sacrificando.