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Miércoles 24 de Abril del 2024 19:54

Responden a los dichos de Sebastián Piñera por considerar la migración como un “problema”

Rechazan las infundadas declaraciones del ex presidente.

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La Redacción
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La Migración es Un DerechoEste Viernes 14 de Octubre de 2016, en la página 2 del diario “El Mercurio de Antofagasta”, se reprodujeron las declaraciones hechas por el ex Presidente Sebastián Piñera respecto a la migración en el marco de su visita de apoyo incondicional a Manuel Rojas candidato de la UDI a la alcaldía de esa ciudad.

 

Las afirmaciones del Sr. Piñera partieron por considerar a la migración como un problema. Ello importa una concepción antinmigrante, en esencia es considerarla como negativa, no deseada, contra la cual correspondería una respuesta de sentido opuesto, contenerla y hasta erradicarla. Nadie busca un problema y los problemas deben resolverse, deben ser erradicados, se dice, desde la raíz.

 

Luego afirma que “Chile necesita una Ley de Inmigración y particularmente Antofagasta”. La respuesta o solución al “problema de la migración”, según Piñera, es una Ley de Inmigración, es decir, una ley que regule la corriente migratoria. Una Ley que según sus propias palabras no sea “laxa y tan poco efectiva”. Lo contrario sería entonces una ley efectivamente restrictiva, que haga más rígidas las posibilidades de inmigrar hacia el país. Pero particularmente llegar a Antofagasta.

 

Después aparentemente trata de morigerar su discurso, habla de abrir las puertas a la “inmigración … legal”, diferenciando de la que él entiende como la que “gran parte lo ha hecho de manera ilegal, ingresando por nuestras fronteras, o llegando con visa de turistas e instalándose”(SIC). Desde esta mirada la irregularidad migratoria o “ilegalidad”, en sus términos, representa a la gran mayoría, además que esta ocurre tanto por ingresar al país como por hacerlo en calidad de turistas y luego solicitar el cambio de estatus migratorio. En conclusión, para el Sr. Piñera una “inmigración legal” sólo sería la de los extranjeros que vienen al país con residencias dadas desde el exterior. Es categórico al señalar que hay que “cerrar las puertas a la inmigración ilegal”, lo que sería no permitir más ingresos al país de turistas que quieran posteriormente cambiar su estatus migratorio.

 

Concluye sus declaraciones con la típica justificación del discurso antinmigrante al decir que la inmigración “ilegal” “normalmente, va asociada a problemas como el narcotráfico, delincuencia, crimen organizado” (SIC). Remarcando al final su sentido utilitarista de la migración selectiva con la afirmación de “si queremos a quienes vienen a hacer un aporte.” (SIC)

 

Considerar a la migración como un problema es una distorsión de la realidad. Chile y particularmente el Sr. Piñera sabe esto, durante su gobierno pretendió hacer una reforma en la legislación migratoria que partió de un discurso antinmigrante similar, se le imputaba a la migración la incapacidad del estado para garantizar los servicios básicos como salud y educación entre otros. Al poco andar con la elaboración de su propuesta inicial se dieron cuenta con la evidencia de que la fuerza laboral de los extranjeros en el país era fundamental para los propósitos estratégicos del país carente de mano obra suficiente para cubrir sus necesidades y afrontar los desafíos de desarrollo. El terremoto del 2010 evidenció de forma más nítida esa carencia de fuerza laboral y dio paso a que el mismo gobierno de Piñera diera una vuelta de carnero y su propuesta inicial la modificara por una de enfoque utilitarista que es permisible a una migración controlada en función únicamente de los propósitos económicos del país. Hoy como ayer la migración es necesaria y conveniente para el país, viene a suplir necesidades de fuerza laboral carente, contiene o puede revertir la curva de envejecimiento poblacional y genera oportunidades de desarrollo local en diversas áreas. Así el discurso del Sr. Piñera es meramente populista y peligrosamente tendencioso al alentar las manifestaciones anti migratorias, lo que se exacerba en Antofagasta.

 

La política migratoria y la definición de una legislación migratoria es un asunto del país en su conjunto y corresponde al ámbito de una ciudad. Pero más allá de lo anterior, una legislación de orden restrictivo, no contiene de por si las corrientes migratorias, Europa y los EEUU son claros ejemplos de ello, los flujos migratorios, y sólo de manera parcial, pero con la aplicación de políticas supranacionales pueden ser reguladas. Aumentar barreras o restricciones lo que genera por contrapartida es una mayor migración irregular, además de que alienta a la proliferación del tráfico de inmigrantes.

 

Las situaciones de ingreso irregular al país han sido, particularmente durante el Gobierno del Sr. Piñera, frutos de la ilegal práctica de restricción de ingreso de las policías de fronteras eso lo ha señalado categóricamente la Corte Suprema al señalar que la policía hace abuso y discriminación atribuyéndose facultades que no le corresponde. La situación de las decenas de miles de ciudadanos peruanos que sólo podían ingresar mediante el Convenio Arica – Tacna, la dramática situación de discriminación contra ciudadanos colombianos particularmente afrodescendientes, inclusive con los que venían a solicitar refugio al país, la determinación de la exigencia de la visa consular de turismo a los dominicanos, las expulsiones o devoluciones colectivas en el aeropuerto particularmente contra ciudadanos haitianos, son algunas muestras de esa política anti migratoria que aplicó el Gobierno de Piñera y que ha dado como resultado la situación que hoy observamos respecto a la irregularidad migratoria.

 

Por otro lado, el cambio de estatus migratorio de turista a residente es un cambio establecido en la legislación vigente, particularmente en la Ley de Extranjería o el DL 1.094. Durante su gobierno Piñera, como en los otros gobiernos, no tuvieron el coraje de aplicar la única Ley Migratoria de Chile, el DFL 69, que es la única que tiene un programa migratorio con el cual se podría ingresar al país precisamente con el estatus de migrante. La no aplicación de dicho DFL 69 y la existencia de una corriente migratoria espontánea a Chile han dado lugar a que sólo se aplique la “Ley de Extranjería”, que sería sólo de excepción para regular estos aspectos y que por tanto resulta en ineficiente para atender la realidad del país. Precisamente ha sido la aplicación de esta “Ley de Extranjería” y particularmente por rigidez que se ha dado lugar a la otra gran fuente de irregularidad migratoria como la del sometimiento y dependencia casi absoluta del contrato de trabajo como dependiente, situación que se ha aminorado con el otorgamiento hoy de la “visa temporaria por motivo laboral”.

 

La asociación de la migración, aun así, sea la migración irregular, a la delincuencia es además de infundada irresponsable, maliciosamente alimenta las prácticas xenofóbicas contra la población inmigrante y genera una gran tensión que puede tener consecuencias lamentables. Se ha demostrado categóricamente que la incidencia de los inmigrantes en la comisión de delitos es ínfima, pero más allá de ello la práctica delincuencial no es causada por la migración, el hecho de que existan extranjeros que están implicados en ello no significa que la migración haya causado ello. La falta de medidas extraordinarias de regularización migratoria, son por el contrario una omisión del estado en el resguardar la seguridad de la población en su conjunto y podría ocurrir que consienta en alguna forma la práctica delincuencial.

 

Debemos llamar la atención de que hoy mantenemos una política migratoria elitista y utilitarista que pondera el tema de seguridad y que no se hace cargo suficiente de los aspectos sociales y humanitarios que esta implica. Reiterar o profundizar ese desequilibrio es peligroso para el país. Esa al parecer es la política que pretende implementar el Sr. Piñera. Política que es contraria precisamente a la propuesta que hicimos de compromiso electoral con los candidatos a la Alcaldía de Antofagasta, por la integración y no discriminación de la población migrante, compromiso al que precisamente no ha accedido hasta la fecha el Sr. Manuel Rojas, candidato de Piñera en Antofagasta.

 

Emplazamos a la rectificación de tales planteamientos del Sr. Piñera quién pretende nuevamente ser Presidente de la República, ello particularmente en función de lo mejor para el país.

 

Por nuestro lado reiteramos la confianza y compromiso que tenemos con el pueblo de Chile, con el pueblo inmigrante que es parte de él. Confiamos en seguir aportando al desarrollo del país señalando que para ello es imprescindible el reconocimiento de los derechos del pueblo inmigrante, de esta manera lograremos la integración.

 

Coordinadora Nacional de Inmigrantes Chile

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