La marcha del 8 de marzo en Antofagasta hizo historia, inscribiéndose entre las más masivas desarrolladas en Antofagasta desde el inicio de la transición a la democracia.
Se trató de una jornada donde miles de mujeres, como también algunos hombres y niños adhirieron a la jornada de movilizaciones por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, fin a la impunidad a los femicidios, el derecho al aborto libre y gratuito, educación laica no sexista, entre otras.
La movilización, estuvo marcada además por el fuerte cerco policial que se dispuso frente a la Catedral de Antofagasta, incluso con vallas que cerraron el acceso al público al principal templo religioso de la ciudad.
Una medida que despertó las críticas de las asistentes, quienes reclamaron que esperarían la misma preocupación y protección policial que se brindó a la Iglesia, para las mujeres maltratadas y asesinadas por sus parejas, crímenes cometidos en algunos casos pese a la existencia de órdenes de alejamiento.
A pesar de la medida, la cercanía y solidaridad entre las mujeres que repletaron la Plaza Colón fueron capaces de superar cualquier tensión o ánimo de enfrentamiento.
Así lo registraron las fotografías que muestran el emotivo y sincero abrazo entre una de las manifestantes y dos funcionarias de Carabineros que se encontraban en la marcha, dando cuenta el alcance y potencia de la lucha que traspasó uniformes, uniendo a todas las presentes en una sola voz.
Las fotografías se viralizaron rápidamente en las redes sociales generando miles de reacciones y comentarios aplaudiendo tanto la actitud de la joven que abrazó a las funcionarias, como también la alegría y la empatía de las funcionarias con la causa que convocó a las manifestantes.
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