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Jueves 18 de Abril del 2024 16:51

Ritalín: ¿Solución para la hiperactividad?

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El famoso Ritalín o metilfenidato, es un fármaco psico-estimulante muy recetado en nuestro país para los supuestos “niños problema”, que sean diagnosticados con Trastorno Déficit Atencional e Hiperactividad (TDAH),  tiene más de dos décadas de uso en nuestro país, y viene acompañado y en consecuencia  a la poca paciencia de algunas madres sumado al afán desmedido de éxito que quieren lograr algunos establecimientos educacionales.

En Chile, Ritalín se volvió popular a partir de la década de los 90′ por ser el tratamiento prescrito para combatir el TDAH, especialmente en los niños. Este medicamento es un derivado de las anfetaminas, el metilfenidato está químicamente emparentado con éstas y funcionalmente con la cocaína. Dicho de otro modo, tiene una estructura molecular afín a la primera, pero actúa sobre el cerebro, con mecanismos similares a los de la segunda.

El  TDAH no es una enfermedad, por lo que su diagnóstico se basa sólo en la observación del comportamiento del niño, en este caso, de ciertas pautas de conducta consideradas anormales o inapropiadas, como falta de atención, facilidad para distraerse, impulsividad, labilidad emocional, desobediencia e hiperactividad. Por eso se cataloga como síndrome, un conjunto de síntomas que parecen tener cierta identidad, debido a que aparecen juntos, pero que pueden tener diferentes orígenes.

Al no ser el TDAH una enfermedad, ¿cómo justificar la prescripción de fármacos? Si la causa es en su mayor parte de carácter ambiental, la solución también deberá moverse en este ámbito.

El psicólogo Sebastián Iriarte plantea que  “me parece inadecuado el foco exitista de la educación, centrado en el logro de metas que no abarcan la totalidad de la persona“. En el mismo contexto la psicóloga Yael Levi, agrega “este medicamento se administra mucho en Chile, como una alternativa para las madres que no tienen mucha paciencia y recurren a los médicos pidiendo ayuda… además no es sano porque inhibe la energía y la capacidad de búsqueda y de conocimiento que tienen por naturaleza los niños“.

Más allá del debate que existe por el sobre diagnóstico del TDAH y el -a juicio de algunos- exceso de prescripción de este medicamento a prácticamente cualquier menor que sea más inquieto que sus pares, también existen aprensiones contra éste por los posibles efectos secundarios en los pacientes que lo consumen a largo plazo.

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