El Estadio “Zorros del Desierto” solamente ha visto derrotas en partidos de Liguilla, sin embargo, las escasas victorias en instancias finales en suelo calameño se registran desde hace varios años atrás.
Cobreloa cayó 2-3 frente a Deportes Concepción en Calama y continuará en primera B para el torneo 2026, una dura derrota que deja la sensación de una “maldición” en tierras calameñas.
El inicio
Los “Zorros del Desierto” golearon a Colo Colo por 4-0 en Calama y se titularon campeones del torneo de Apertura 2003, en una de las victorias más recordadas por los hinchas naranjas.
El cuadro se coronó Bicampeón en diciembre de ese mismo año, tras derrotar nuevamente al cuadro albo por 1-2 pero en el Estadio Monumental, en el duelo de Vuelta de esa instancia final. Lo que pocos recuerdan es que en la llave de Ida para el Clausura 2003 jugada en Calama, la tienda nortina empató 2-2 como local.
Durante el Apertura 2004, Cobreloa y la Universidad de Chile animaron la final de esa temporada, el duelo de Ida en Santiago terminó sin goles y la Vuelta en Calama terminó en un empate 2-2, finalmente y en tanda de penales se coronaría campeón la U en el norte.
El Clausura 2004 es el último título de Cobreloa en primera división, que se ganó en Calama pero tras un empate sin goles frente a la Unión Española. Un nuevo título, pero sin victoria.
Con nuevo estadio pero la misma “maldición”
Para el 2018 Calama era una fiesta y se esperaba una goleada en el renovado Estadio Zorros del Desierto. El duelo terminó en empate 2-2, sellando el asenso de Cobresal a la división de honor del fútbol chileno.
En el 2022, Cobreloa nuevamente se encontraba en instancias finales y en esta oportunidad el rival era Deportes Copiapó.
La tienda minera venía de empatar en el Estadio Luis Valenzuela Hermosilla y bastaba una victoria en Calama para titularse campeones, sin embargo, el encuentro terminó 0-5 en contra de la escuadra loina y marcando una nueva derrota como local en instancias finales.
Cobreloa es uno de los clubes más exitosos y populares en el país, pero silenciosamente otra historia se comienza a construir en Calama, una que quizás venga con una “maldición”.