El Octavo Juzgado de Garantía de Santiago decretó prisión preventiva para los dos imputados por el crimen de Francisco Albornoz, joven técnico en farmacia de 21 años, cuyo cuerpo fue encontrado el pasado 1 de junio en el río Tinguiririca tras estar más de una semana desaparecido. La medida fue solicitada por la Fiscalía Oriente, que formalizó a los acusados por el delito de homicidio calificado, aunque el tribunal calificó provisionalmente el hecho como homicidio simple.
De acuerdo a los antecedentes expuestos en la audiencia, la víctima fue agredida durante la madrugada del 24 de mayo al interior de un departamento en la comuna de Ñuñoa, región Metropolitana. El informe del Servicio Médico Legal confirmó que la causa de muerte fue un traumatismo encefalocraneano producto de golpes en la cabeza, descartando una eventual intoxicación como origen del fallecimiento.
La fiscal Rossana Folli explicó que el ataque fue premeditado: “Se procuró que la víctima no tuviera posibilidad alguna de defensa, con la finalidad de asegurar el desenlace fatal”. Según la investigación, Francisco Albornoz conocía solo a uno de los dos imputados, identificados con las iniciales J.M.B. y C.A.G.M.
Pese a que el tribunal no consideró por ahora la existencia de alevosía, la Fiscalía insistirá en que se trató de un homicidio calificado, citando un presunto “plan delictual” para causar la muerte del joven y ocultar el crimen. “Vamos a sostener esa calificación jurídica. Lo relevante es que se decretó la prisión preventiva por constituir ambos imputados un peligro para la seguridad de la sociedad”, sostuvo la persecutora.
El tribunal estableció un plazo de investigación de 90 días, periodo en el que se seguirán recopilando pruebas para esclarecer completamente lo ocurrido y avanzar hacia un eventual juicio oral.