La práctica de apilar piedras en entornos naturales, muy común entre turistas y amantes de la fotografía, se ha extendido en todo el mundo como una actividad asociada al turismo de naturaleza. Sin embargo, sus consecuencias pueden ser altamente perjudiciales para la biodiversidad.
Así lo advirtió Carmen Serrano, activista socioambiental y embajadora de Raíces Endémicas en Antofagasta, quien señaló en una publicación en sus redes sociales que, de acuerdo con un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el apilamiento de piedras afecta a diversas especies animales y vegetales, algunas incluso en peligro de extinción.
Estos montículos, que suelen aparecer en áreas protegidas, alteran los ecosistemas y la dinámica natural entre depredadores, presas y competidores. Según los científicos, mover o retirar piedras modifica las condiciones del suelo, ya que muchas especies, como insectos, lagartijas, caracoles y arañas, utilizan las rocas como refugio o dependen del microclima que generan. Al alterar estas estructuras, se modifican la temperatura y la humedad necesarias para su supervivencia.
Asimismo, agregó que la investigadora Anna Traveset, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (CSIC – Universitat de les Illes Balears), advirtió que esta práctica tiene un impacto especialmente grave en zonas áridas, donde las condiciones microclimáticas son esenciales. “Mover, quitar o romper estas piedras puede causar un desequilibrio en el ecosistema”, explicó.
Esta información fue compartida originalmente en 2022 por Carmen Serrano, quien recordó la importancia de proteger los entornos naturales donde habitan diversas especies y destacó que acciones aparentemente inofensivas pueden alterar gravemente su hábitat. Por ello, es fundamental informarse, respetar y actuar con conciencia ambiental, recordando que cada acción cuenta.