Para las y los nortinos, la “Quema de monos de Año Nuevo” es algo tradicional durante las fiestas de fin de año, en donde se construye un monigote con ropa vieja, papel y todo lo que se quiera dejar atrás consumido por el fuego.
Unas celebraciones que se dan principalmente en Tocopilla, Calama, Antofagasta, Arica, Iquique, Tocopilla, Copiapó, María Elena, Mejillones, La Serena, Copiapó, Huasco y Tierra Amarilla, agrupando gran parte del Norte Grande.
Las cenizas dejan claro que el año saliente acabó y es momento de iniciar unos nuevos 365 días, con energías renovadas y mentalidad positiva, dejando atrás los malos momentos que se transforman en experiencia.
El profesor de Historia, Diego Torres Gutiérrez, aseguró que “es una práctica que viene desde el corazón del desierto en las Salitreras de la época, en donde al cierre de cada año se quemaba la ropa usada o vieja, acompañada de pequeñas maderas junto a mensajes de buenos deseos para el año entrante. Es una manera de desechar lo malo y conservar solamente lo bueno”.
“Tras la migración de las y los trabajadores por todo el norte, la “quema de monos” se difundió por todo la zona”, agregó el profesional.
Las y los vecinos de Tocopilla en los últimos años ha tenido un fuerte impulso, generando una competencia en donde se esfuerzan por construir “monos” con figuras de animales o incluso de la cultura pop, como Spider Man, la Casa de Papel, Silvestre y Piolín, entre otros.
