La elección parlamentaria en Antofagasta dejó un fenómeno que abrió debate en la ciudadanía: dos de las candidatas más votadas del Distrito 3 no entrarán al Congreso, a pesar de superar ampliamente en votos a parlamentarios que sí resultaron electos. Se trata de Paola Debia, del Partido de la Gente (PDG), y Adriana Jiménez, del Partido Nacional Libertario (PNL).
El motivo no está en un error del Servel, sino en la operación del sistema proporcional D’Hondt, que distribuye los escaños según la votación de las listas y no únicamente de las personas.
Paola Debia: cuarta mayoría regional, pero sin cupo
Paola Debia, candidata del Partido de la Gente (PDG), obtuvo una de las votaciones más altas de toda la región: 14.898 votos, con un desempeño especialmente fuerte en Calama, donde el candidato presidencial de la colectividad, Franco Parisi, obtuvo una altísima votación. Debia fue la cuarta mayoría regional en la votación parlamentaria.
- Sin embargo, su pacto —el Partido de la Gente— solo alcanzó los votos suficientes para asegurar un escaño, que recayó en el más votado de la lista y la segunda mayoría regional: Fabián Ossandón, con 33.161 votos.
Al no alcanzar un segundo cociente, Debia quedó automáticamente fuera, pese a superar con holgura a dos diputados electos por el oficialismo.
Adriana Jiménez: tercera mayoría regional, pero superada por su propio pacto
El caso de Adriana Jiménez, del Partido Nacional Libertario (PNL) es aún más llamativo: La candidata de la colectividad que impulsó la candidatura presidencial de Johannes Kaiser obtuvo 15.481 votos, fue la tercera mayoría regional del Distrito 3.
Pero en su subpacto del PNL era la única candidata, mientras que dentro del pacto “Cambio por Chile” compitió con la dupla del Partido Republicano.
La suma del subpacto Republicano fue mayor que la de Jiménez por sí sola, lo que permitió que el escaño recayera en Carlo Arqueros, el más votado de Republicanos con 12.464 votos.
Aunque Jiménez obtuvo más votos que tres de los diputados electos, el sistema asignó el escaño al subpacto más fuerte, no al candidato con más votos.
El efecto Videla que definió toda la elección
El sistema proporcional también explica por qué los candidatos oficialistas Jaime Araya (13.604 votos) y Marcela Hernando (11.944 votos) resultaron electos a pesar de tener menos votos que Debia y Jiménez.
La razón es simple: la lista del oficialismo, Unidad por Chile recibió un impulso gigantesco gracias a la votación de Sebastián Videla (IND-PL), con 74.340 votos. La votación más alta de Chile en regiones fuera de Santiago.
Esa cifra permitió a la lista de la que Videla formaba parte obtener tres escaños, arrastrando a Araya y Hernando. La votación de Videla fue tan alta que, de acuerdo con cálculos D’Hondt, habría arrastrado a dos compañeros en prácticamente cualquier lista donde hubiera competido.
Fue, en la práctica, la votación de Videla —y no la de Araya o Hernando— la que salvó al oficialismo de un fracaso electoral mayor.
El sistema electoral nuevamente en debate
Los casos de Debia y Jiménez vuelven a instalar el cuestionamiento ciudadano sobre el sistema proporcional: No siempre entran los más votados, sino quienes compiten en listas más fuertes, o quienes reciben arrastre de figuras de alta votación, como Videla.
Una elección que, más allá de los números, dejó en evidencia dos historias paralelas: La de dos candidatas con votaciones extraordinarias que quedaron fuera, y la de un diputado cuya fuerza electoral definió toda la composición parlamentaria arrastrando a dos compañeros de lista y salvando de un desastre electoral a la centroizquierda.
Es la manera de como el sistema se pasa por las partes pudendas la voluntad del elector, algo que es imperativo solucionar…pero no creeeeeo.