Más allá del triunfo presidencial de José Antonio Kast y del resultado comunal en la Región de Antofagasta, uno de los datos que marcó la jornada fue el elevado porcentaje de votos nulos, que superó el 9% a nivel regional, ubicándose por encima del promedio nacional y confirmando una tendencia que se repite elección tras elección en el norte grande.
Según los datos oficiales del Servicio Electoral, en la región se registraron 36.830 votos nulos, equivalentes a un 9,03% del total de sufragios, cifra que volvió a instalar la pregunta sobre si el llamado “efecto Parisi” —asociado al voto de protesta, castigo o desafección— sigue vigente en Antofagasta, aunque en menor medida de lo que había vaticinado el mismo candidato, que hablaba de un 15% de votos nulos a nivel nacional.
Durante la primera vuelta, el candidato Franco Parisi obtuvo una votación significativa en la región, especialmente en comunas urbanas y mineras. En segunda vuelta, sin su nombre en la papeleta, parte de ese electorado habría optado por anular su voto, como una forma de manifestar distancia tanto del oficialismo como de la derecha tradicional y republicana, mientras que otros se decantaron por Jeannette Jara o José Antonio Kast.
El voto nulo presento un aumento en comparación a la primera vuelta, y no puede explicarse solo por errores involuntarios, sino que responde a un patrón regional de desconfianza hacia la política institucional, rechazo al centralismo y frustración frente a promesas incumplidas, particularmente en materias como seguridad, migración, salud y calidad de vida.
El fenómeno se expresó con fuerza en comunas como Antofagasta y Calama, donde históricamente el voto crítico ha tenido mayor presencia, y vuelve a posicionar a la región como un factor a tener en cuenta.
Más allá de quién gobierne, el mensaje que deja el alto porcentaje de votos nulos es claro: existe un segmento relevante del electorado que no se siente representado, y cuya lectura será clave para la gobernabilidad y la relación del próximo gobierno con el norte del país.