A veces, una imagen basta para despertar la memoria colectiva de una ciudad. Esta fotografía, capturada desde el cielo hace casi dos décadas, retrata el Estadio Regional de Antofagasta hoy Calvo y Bascuñán, completamente lleno, celebrando el renacer de su equipo: el Club de Deportes Antofagasta.
Corría el año 2006 y los antofagastinos seguían celebrando el ansiado ascenso conseguido en la temporada 2005. Esa campaña histórica en la Primera B devolvió al CDA a la máxima categoría del fútbol chileno tras ocho años de espera. Fue un momento de alegría compartida, donde la hinchada colmó cada rincón del estadio con banderas, cánticos y esperanza.
En la imagen se aprecian detalles que marcaron una época: las canchas de tierra en el sector Andes, testigos de tantas jornadas deportivas, y la clásica carpa de circo, instalada al costado norte del estadio, completan una escena que muchos guardan en su memoria con cariño.
En ese torneo, Santiago Morning también consiguió el ascenso como campeón, mientras O’Higgins logró su cupo a través de la liguilla de promoción. Pero para quienes viven en Antofagasta, lo que importa es ese regreso tan esperado, ese momento en que la ciudad entera se unió detrás de una camiseta celeste y blanca.
Hoy, revivir esta postal es reencontrarse con una emoción que no se olvida. Porque cada partido, cada grito de gol y cada tarde en el estadio forman parte de lo que somos como ciudad. Y aunque el tiempo pase, la pasión por los pumitas sigue viva en la piel de La Perla.