Durante las últimas horas, la denuncia sobre una “despedida de soltera” realizada en dependencias del Hospital Regional de Antofagasta ha traspasado los límites locales para convertirse en un tema de conversación nacional.
El hecho fue dado a conocer por Diario Antofagasta, a partir de registros difundidos en redes sociales donde se aprecia una oficina decorada con globos, prendas íntimas y una mesa con comida y bebidas, mientras —según la denuncia— pacientes esperaban atención en las salas de espera del recinto.
La situación generó indignación ciudadana y fue abordada por Canal 13, TVN, Radio Bío Bío, ATV y otros medios nacionales, que retomaron la información verificada por este medio.
Medidas institucionales y versión gremial
Frente a la polémica, el Hospital Regional de Antofagasta confirmó oficialmente a Diario Antofagasta que se instruyó un procedimiento disciplinario para determinar responsabilidades administrativas entre los funcionarios involucrados.
En tanto, el gremio de técnicos en enfermería (FENTESS) emitió una declaración pública en la que aseguró que la atención a pacientes nunca se interrumpió durante la celebración, precisando además que el evento no se desarrolló en el área de urgencias, sino en una dependencia interna.
La presidenta del gremio, Marta Ponce, pidió “no generalizar” y manifestó su preocupación por la exposición del video en redes sociales.
Reacciones políticas y cobertura nacional
El caso también generó reacciones en el ámbito político local.
El concejal de Antofagasta Claudio Aguirre (Partido Republicano) informó que presentó un requerimiento ante la Contraloría Regional de la República para que se investiguen los hechos ocurridos en el Hospital Regional.
“necesitamos que se investigue para saber qué pasó, en qué horario fue, fue en urgencias, no fue en urgencias, en qué piso, para que sepamos todos lo que pasó en este evento de despedida de soltera, ya que al fin al cabo esto perjudica y molesta a la ciudadanía”, escribió en su cuenta oficial de X (antes Twitter), acompañando el mensaje con una fotografía del oficio ingresado.
En tanto, el diputado por Antofagasta Sebastián Videla (IND) manifestó su preocupación por el episodio y adelantó que solicitará antecedentes al Ministerio de Salud y al Servicio de Salud de Antofagasta, sin descartar acudir a la Contraloría General de la República.
A nivel nacional, la historia fue replicada por múltiples medios de comunicación, generando un debate más amplio sobre el uso de espacios públicos, el tiempo laboral y los controles institucionales dentro del sistema de salud.
Percepción ciudadana y opinión de pacientes
El caso también ha generado miles de comentarios en redes sociales en los distintos medios de comunicación del país, especialmente de pacientes y familiares de usuarios del sistema público de salud, quienes manifestaron su molestia por lo ocurrido.
Varios denunciaron que las largas esperas y celebraciones internas serían situaciones recurrentes en el hospital y calificaron el episodio como una falta de respeto hacia quienes acuden al recinto en condiciones de dolor o urgencia.
“Pueden celebrar en cualquier otro lugar, pero no donde hay gente sufriendo o esperando atención”, escribió una usuaria, en una de las respuestas más compartidas.
Sin embargo, otras personas restaron gravedad a los hechos, señalando que las jornadas extenuantes y turnos prolongados del personal de salud justifican instancias de distensión y compañerismo dentro del hospital.
La discusión pública refleja así una polarización entre el malestar ciudadano y la empatía hacia los trabajadores de la salud, en medio de un debate más amplio sobre las condiciones laborales y la calidad de atención en el sistema público.
Un hospital bajo presión: concesión y fallas estructurales
El Hospital Regional de Antofagasta opera bajo la administración de la concesionaria Salud Siglo XXI y ha enfrentado diversas denuncias por fallas estructurales en los últimos años, incluyendo filtraciones, problemas en el sistema de climatización e inundaciones que afectaron a pacientes y personal.
Este contexto —sumado al episodio viral— ha reabierto la discusión sobre el modelo de concesiones en hospitales públicos y los estándares de gestión exigidos a empresas privadas a cargo de infraestructura crítica.
Conclusión
El caso expone un problema más profundo: la crisis de confianza en la gestión pública de la salud, en un recinto clave para todo el norte del país.
Las medidas disciplinarias y las reacciones gremiales y políticas reflejan una demanda transversal por mayor responsabilidad y estándares éticos dentro del sistema estatal.