Un reportaje de BioBioChile, medio asociado a Diario Antofagasta, puso nuevamente en evidencia la contradicción estructural que enfrenta la Región de Antofagasta: ser el motor productivo de Chile, pero una de las zonas con peores condiciones de vida, mayor deterioro urbano y más rezago en servicios esenciales.
El trabajo periodístico revela que la región ―que genera el 45% del PIB minero nacional― arrastra déficits graves en salud, vivienda, educación y seguridad, al punto de que más de 100 mil trabajadores conmutan hacia la zona, pero viven en otras regiones, llevándose $1,6 billones al año en sueldos fuera del territorio.
Los datos que expone del reportaje: producción, brechas sociales
BioBioChile expone que, pese a su peso económico, Antofagasta registra:
- La menor esperanza de vida del país: 80 años.
- La tasa más alta de muertes por cáncer en Chile (170 por cada 100 mil habitantes).
- Listas de espera de especialistas que superan los 467 días, una de las más largas del país.
- Resultados Simce y PAES bajo el promedio nacional.
- Déficit habitacional superior a 27 mil viviendas, con un avance del Plan de Emergencia Habitacional de solo 35,6%, el peor del país.
Todo ello en una región donde solo el 10% de la población podría acceder a un crédito hipotecario, según testimonios recogidos en el reportaje.
“Durante décadas nuestra región ha concentrado un tercio de la inversión privada, pero la inversión pública nunca superó el 4%”
El reportaje recoge la voz de más de 200 profesionales, exautoridades y vecinos que en agosto publicaron insertos alertando sobre el abandono estatal:
“Ese desacople entre lo público y lo privado ha generado brechas estructurales en obras públicas, salud, educación y vivienda”.
Para BioBioChile, estas condiciones habrían contribuido al fuerte voto de castigo expresado en la elección del 16 de noviembre, donde Franco Parisi obtuvo un 35% en Antofagasta, su mejor resultado regional.
Conmutación laboral: $1,6 billones salen cada año de la región
Uno de los datos más impactantes del reportaje es la magnitud del trabajo conmutado.
BioBioChile detalla que más de 100 mil trabajadores desempeñan labores en la región, pero residen en otras ciudades, especialmente Santiago.
Solo en remuneraciones, esto implica que $1,6 billones anuales no se quedan en Antofagasta.
El fenómeno se relaciona con la expansión de operaciones mineras remotas, sistemas de turnos extendidos (7×7) y el alto costo de la vida en la región.
Vivienda: precios impagables y expansión de campamentos
El reportaje indica que el mercado inmobiliario colapsó para las familias de ingresos medios y bajos, al punto que menos del 10% puede optar a un crédito hipotecario.
En paralelo, el número de familias en campamentos creció 700% desde 2013: hay 154 campamentos activos y 15.800 familias, el 60% de ellas extranjeras. Muchos asentamientos se encuentran en terrenos donde nunca será posible radicar viviendas debido a riesgos geológicos.
Deterioro urbano y servicios insuficientes
Otro punto que detalla el reportaje son los problemas de seguridad, aseo y comercio informal:
- La ciudad de Antofagasta exhibe microbasurales, mugre acumulada y un deterioro urbano que se agravó tras la crisis del servicio de aseo municipal.
- La victimización por robo alcanzó récord en 2022, aunque ha mostrado una leve baja posterior.
- Históricos comercios del centro han desaparecido, arrasados por la competencia informal y la falta de fiscalización.
Para el presidente de la Cámara de Comercio, Antonio Sánchez, esto explica parte del voto regional:
“Parisi representaba un castigo al centralismo que saca los recursos del norte, mientras las ciudades no reflejan la riqueza que se extrae”.
Un llamado a un nuevo pacto para Antofagasta
El reportaje concluye con el llamado de actores locales que exigen un acuerdo nacional:
“Nuestra región no puede seguir siendo vista solo como una mina abierta al mundo. Es nuestro hogar y merece dignidad”.
Este debate se instala en pleno proceso electoral, donde los 137 mil votos de Parisi deberán definirse el próximo 14 de diciembre entre Jeannette Jara y José Antonio Kast.