En una sesión marcada por falta de consensos, el Concejo Municipal de Antofagasta aprobó una modificación presupuestaria por $3.400 millones destinada a la modernización del Estadio Calvo y Bascuñán, proyecto que había sido rechazado previamente y que en los días previos generó un intenso debate público, especialmente por el uso de césped sintético.
La iniciativa fue aprobada por 7 votos a favor, 3 en contra y un concejal ausente, contando con el respaldo de los concejales Claudio Aguirre, Patricio Aguirre, Dinko Rendic, María Tapia, Carolina Rivera, Ignacio Pozo y el alcalde Sacha Razmilic. En contra votaron Camilo Kong, Norma Leiva y Karina Guzmán, mientras que Waldo Valderrama no estuvo presente en la sesión extraordinaria.
¿En qué se invertirán los $3.400 millones?
Según lo informado por el municipio, los recursos —provenientes del litio y destinados a infraestructura pública— permitirán ejecutar dos ejes principales del proyecto:
- Instalación de una cancha de pasto sintético con certificación FIFA y World Rugby
- Renovación completa de la pista atlética, cumpliendo con normativa World Athletics
El objetivo es ampliar el uso del recinto para deporte profesional, amateur y recreativo, además de habilitarlo para competencias nacionales e internacionales, particularmente en atletismo y rugby.
El alcalde de Antofagasta, Sacha Razmilic, destacó que se trata de un hito importante para la ciudad, que permitirá desarrollar eventos deportivos de primer nivel en Antofagasta, permitiendo que el coloso deportivo de Avenida Angamos avance para convertirse en un estadio multipropósito, apto para el desarrollo de diferentes disciplinas deportivas.
Opiniones dividas desde el Concejo: forma, consensos y uso de recursos
Los concejales que rechazaron la modificación presupuestaria cuestionaron la falta de un proceso previo de diálogo y consenso, considerando el alto monto involucrado y el origen de los recursos. Según plantearon, el proyecto no fue conversado previamente con el conjunto del Concejo Municipal, ni se abrió una discusión más amplia respecto de las urgencias comunales que debiesen priorizarse con fondos provenientes del litio y el royalty minero.
En esa línea, la concejala Karina Guzmán recalcó que su voto en contra no responde a una lógica ideológica. “No se trata de un tema de izquierdas o derechas, como algunos han querido plantearlo”, señaló, agregando que en un municipio que arrastra cuestionamientos previos por el uso de recursos públicos, se requiere avanzar hacia mayores consensos políticos y sociales para definir las prioridades de inversión.
Debate y críticas previas al césped sintético
Asimismo, hubo cuestionamientos a reemplazar el pasto natural, muy escaso en el desierto, por un césped sintético que no necesariamente podría ser aprovechado por los niños de la ciudad ni deportistas amateur, sino que a eventos de sociedades anónimas deportivas o productoras.
En los días previos a la votación, el proyecto fue objeto de críticas desde el ámbito del periodismo deportivo. En una columna titulada “La gran mentira sintética”, publicada en su sitio La Hora de King Kong, el periodista Juan Cristóbal Guarello cuestionó duramente la proliferación de canchas sintéticas en el fútbol chileno, incluyendo el caso del estadio de Antofagasta.
“Nada justifica el césped sintético en Chile”, afirmó Guarello en su programa de YouTube, señalando que solo situaciones excepcionales, como Puerto Montt, podrían justificar su uso por condiciones climáticas y de suelo. El comentarista advirtió además que el fútbol profesional podría terminar jugando mayoritariamente sobre superficies artificiales, lo que —a su juicio— afecta el desarrollo del juego.
“El fútbol serio no se juega en sintético”, sostuvo, comparando la realidad chilena con Argentina, donde prácticamente ningún estadio profesional utiliza este tipo de superficie. “En Argentina se juega al fútbol, en Chile se hacen recitales“, cerró.
No obstante, los concejales que aprobaron el proyecto destacaron que el uso de césped sintético de alto estándar permitirá desarrollar más disciplinas deportivas, además de ahorrar recursos.
El concejal Claudio Aguirre indicó que el pasto sintético permite abaratar costos de mantención en comparación al pasto natural, que actualmente debe absorber mensualmente el municipio. Asimismo, al ser más resistente que el pasto natural permite darle un uso más intensivo a la cancha del recinto deportivo y que no se limite solamente al fútbol profesional, democratizando más el acceso al estadio Calvo y Bascuñán.
Respaldo del atletismo y el rugby
Pese a estas críticas, deportistas locales y federaciones respaldaron la iniciativa, enfatizando el deterioro actual del recinto. Hermosina Tapia, presidenta del Club Deportivo Atletas Master Antofagasta Runners, señaló que la pista presenta desgaste severo, endurecimiento de la superficie y ausencia de demarcaciones, obligando a reparaciones provisorias para competencias.
Una visión similar expresó el runner Felipe Morales, quien indicó que Antofagasta se encuentra bajo el estándar de ciudades como Iquique o Copiapó. Desde el rugby, Úrsula Álvarez, Oficial Nacional de Desarrollo Femenino de la Federación de Rugby de Chile, y el jugador antofagastino Thomas Orchard, integrante de Los Cóndores, destacaron que la modernización permitirá albergar encuentros internacionales y potenciar el desarrollo deportivo regional.
Una decisión con debate abierto
La aprobación de esta modificación presupuestaria por $3.400 millones marca un avance concreto para la renovación del principal recinto deportivo de la ciudad, pero también deja en evidencia deja en evidencia un Concejo Municipal dividido y un debate aún abierto en la ciudad sobre el modelo de infraestructura deportiva, el uso de recursos del litio y las prioridades de inversión pública.