Este 24 de diciembre, el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, concedió el indulto humanitario a Fujimori, pese al rechazo de los familiares de las personas asesinadas por el dictador y de gran parte de la población peruana.

Fujimori gobernó por diez años en Perú y se le atribuyen numerosas violaciones en materia de derechos humanos. Una de las acciones más representativas de su mandato, fue el “autogolpe” en 1992, en el que disolvió el Congreso y el Poder Judicial, en medio de un gran descontento social. En 2009, Fujimori fue condenado a 25 años de prisión por los casos Barrios Altos y La Cantuta, sentencia ratificada en 2015.

El primer caso abarca el asesinato de 15 personas, incluido un niño de 8 años, durante una fiesta en la que se creía que participaban miembros de Sendero Luminoso, lo que fue descartado por la justicia.

Por otra parte, el segundo caso corresponde al secuestro asesinato y entierro en fosas a ocho estudiantes y un profesor de la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle, el 18 de julio de 1992.

Odio contra Chile

Además de las violaciones a los Derechos Humanos durante su régimen, otro pasaje de la vida de Alberto Fujimori es su relación con Chile y el profundo resentimiento por parte de sus adeptos en contrade nuestro país.  El año 2005 Fujimori viajó a Chile, donde fue detenido por las acusaciones que pesaban en su contra y permaneció en presión hasta que el año 2007 la Corte Suprema aprobó el pedido de extradición del poder judicial en Perú, para ser juzgado por homicidio calificado y asociación ilícita para delinquir. Algo que aún no perdonan sus seguidores a Chile.

Desde que Fujimori estuvo encarcelado en nuestro país, los diarios sensacionalistas peruanos, comprados por Fujimori durante su gobierno con dineros ilegales y conocidos en ese país como “prensa chicha”, sumaron un nuevo blanco de sus ataques, que entonces se dirigían a miembros de la oposición o periodistas críticos de Fujimori: Chile.

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Es así como medios tales como “El Men”, “El Chino” o “La Razón” pasaron a ser feroces promotores del antichilenismo en Perú. Paradigmático es el caso de este último diario, que fue fundado por el ex congresista peruano Moisés Wolfenson y que reiteradamente dirigió fuertes titulares en contra de nuestro país y sus gobernantes.

“Quedó documentado en videos que Wolfenson -como otros dueños de medios de comunicación, que luego fueron a prisión o se fugaron del Perú- recibía en una mano montañas de dólares y en otra mano los titulares que debía poner en el diario de parte de Vladimiro Montesinos”, contó en su oportunidad a Publimetro el periodista peruano Luis Arias, director periodístico de Publimetro Lima.

Cuando Wolfenson cayó en prisión, el reemplazante fue el periodista Uri Ben Schmuel quien en una entrevista con El Mercurio, luego de que su diario titulara “Bachelet conchuda”, afirmó que “en “Perú no hay antichilenos, en Chile hay antiperuanos”, afirmando que “Chile está en una carrera armamentista” y explícitamente que “ser antichileno, vende”. No obstante, las cifras indican que este tipo de medios tienen bajo impacto en la opinión pública peruana y escasa audiencia.

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“En esta era de internet, Twitter, CNN, un diario no puede limitarse a dar noticias ‘planas’, sucesos en ‘frío’. La función actual de un diario es (debería ser) empaquetar los hechos con opiniones”, decía Ben Schmuel cuando se retiró de la dirección del diario. También justificó las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos, por las que se condenó a Fujimori, calificándolas como “daños colaterales” y a sus responsables como “héroes” de la lucha contra el terrorismo.