Señor Director:
Sebastián Piñera es un adulto mayor de 70 años. Una edad donde las personas quieren disfrutar con sus nietos, leer el diario, pasear en una playa disfrutando sus últimos años de existencia. Cualquier persona normal, más si tuviera la plata que tiene este señor, estaría en su isla particular disfrutando de una vejez soñada, paseando en un yate, jugando con sus nietos y relajándose.
Pero no, ahí lo vemos, cada día más consumido por quizás qué enfermedad tiritando, haciendo muecas y tics preocupantes, tomando decisiones impopulares y absurdas que le generan cada ves más odio de los chilenos y hasta de su propia familia, a juzgar por las caras de asco que le dedica su esposa cada vez que están en público.
¿Acaso estará enfermo de ambición, que todo lo que tiene no le parece suficiente y quiere acumular todavía más plata y satisfacer su ego en la infructuosa búsqueda de dejar algún legado positivo en el país? Porque si eso quiere, ya no lo logró y cada paso nuevo que da, concentrando todo el poder en su oficina, solo le genera más derrotas, dolores de cabeza y malestares a los chilenos.
Cualquier amigo personal debiera aconsejarle que se retire, que se vaya a disfrutar de la tranquilidad de comer pizza con sus nietos como un abuelo anónimo y vivir los años que le quedan gozando de su plata, porque es tanta que si sigue a este ritmo no le alcanzará vida para gastarla. Tal vez ahí, descansando en alguna cómoda hamaca, pueda hacer más por su propia imagen, haciendo de filántropo y aportando a causas nobles para el país, conseguiendo el reconocimiento que no logra en La Moneda.
Presidente, retírese, descanse y disfrute su vejez, ya que puede, como millones no. No solo por Chile, sino por su propia salud y felicidad.
Lector Democrático
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