A las 01:10 de la madrugada del domingo 30 de julio de 1995, los habitantes de Antofagasta tuvieron un abrupto despertar, ya que un terremoto de 8.0 grados en la escala de Richter sacudió a gran parte de la Región de Antofagasta, principalmente a las comunas y localidades costeras de la región como Antofagasta, Mejillones, Taltal y Tocopilla.
Según la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (ONEMI), el epicentro del terremoto se localizó 20 kilómetros al mar, entre Antofagasta y Mejillones, con una profundidad de 33 kilómetros, alcanzando los VI y VII grados de intensidad en la escala de Mercalli.

La duración del terremoto fue de aproximadamente tres minutos, los cuales, para los antofagastinos de aquella época, se tornaron los más largos de sus vidas, según el relato publicado por el diario “La Estrella del Norte” al día siguiente del potente sismo: “Fueron los tres minutos más largos que han vivido los antofagastinos. En medio del pánico y la desesperación, cuando los relojes marcaban las 01:11 horas de la madrugada de ayer domingo comenzó a desencadenarse sobre esta parte del territorio nacional la furia de la naturaleza”.

En base a las cifras oficiales de aquella época, fueron tres los fallecimientos a causa del terremoto y hubieron cerca de 200 personas que resultaron damnificadas en la región, principalmente en las comunas de Mejillones, Taltal, Tocopilla, y Socaire. Una cifra que causó asombro a nivel mundial, considerando que normalmente terremotos de esta magnitud en otros lugares del planeta ocasionan cuantiosas pérdidas humanas.
En Antofagasta, los daños más importantes de infraestructura se produjeron en el Puerto de Antofagasta, con daños severos en el pavimento y en algunas embarcaciones de aquel recinto donde se pudo apreciar la fuerza que tuvo el movimiento a la mañana siguiente.
Recorrido por el puerto días posteriores al sismo. Imagen que muestra el daño provocado por el terremoto en el Puerto.
Otro de los lugares que resultaron damnificados fue el edificio “El Curvo” ubicado en el sector Gran Vía de la ciudad, con la caída de algunos balcones y parte de la fachada de uno de los edificios más antiguos y emblemáticos de Antofagasta.
Fotografía de los escombros dejados por el terremoto en edificio “El Curvo”. Imagen de la re estructuración de la terraza de “El Curvo” post terremoto.
Una de las imágenes que quedaron en la retina de los antofagastinos fue la de la estatua de la Virgen María en la cúpula de la Basílica del Corazón de María, la cual resultó inclinada hacia el poniente y sufrió daños considerables al caer mientras era retirada por razones de seguridad, por lo que tuvo que ser reemplazada por una nueva estructura hecha de fibra de vidrio y cobre.
Posición en la que quedó la Virgen María. Imagen del momento que fue retirada la estatua.
El sismo de 1995 ha sido uno de los más fuertes registrados en la zona durante los últimos años 30 años, debido a su magnitud e intensidad, sin embargo y afortunadamente no registró mayores estragos pese a la fuerza alcanzada, dando paso a un aprendizaje tanto para los expertos en materia de construcción como para la población en general, esto ante la posibilidad de producirse un nuevo evento de tales características.