Experto en urbanismo de la UCN indicó que el riesgo de que se produzca este fenómeno es aún mayor que el de un incendio en la capital nortina.
“Antofagasta cuenta con un clima favorable, que es amable con nosotros al no haber temperaturas muy extremas, pero también permite que la construcción tenga licencias que en otros lugares no se dan, como la poca capacidad para resistir la lluvia. Si bien es cierto no llueve con frecuencia, cuando lo hace nos pone en evidencia”, explicó el arquitecto Larry Games.
Analizando el tema, el profesional y académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte (UCN), señaló que las últimas lluvias fuertes, además de perjudicar a una buena parte de las viviendas de la capital de la Segunda Región, dejaron 101 personas muertas y una gran cantidad de casas destruidas, a raíz del fenómeno conocido como aluvión. En este sentido -agregó- Antofagasta tiene mayores riesgos relacionados con el agua que con el fuego, tanto por la ubicación (costa y quebradas), como por la construcción.
VALPARAÍSO
Explicó que en la zona afectada por el gran incendio de Valparaíso se tienen condiciones geomorfológicas parecidas a la periferia alta de Antofagasta, pero el resto de condiciones no lo son tanto. El material de construcción, la accesibilidad, los vientos, la vegetación, por nombrar los principales elementos que jugaron a favor de la propagación del fuego en la Quinta Región, no están presentes en esta ciudad.
Sin embargo, aseguró que “esto no nos exime de que exista riesgo, sobre todo en campamentos sin consolidar y en los cuales las redes y la accesibilidad son precarias”.
Respecto a las alertas que deja la tragedia en Valparaíso, señaló que siempre se deben tener en cuenta aspectos como mejorar la accesibilidad a los diferentes barrios, erradicar las “tomas” de terrenos en sectores donde existe riesgo para las personas, como son las quebradas, y mantener limpio el espacio público.
ANTOFAGASTA
Larry Games especificó que la autoconstrucción en la comuna se consolida más rápido que en otros lugares del país.
En este sentido, dice que este tipo de autoconstrucción se desarrolla con materiales que existen en la zona y que se saben manipular, como es el caso de la albañilería, lo cual genera condiciones difíciles de prever. Es decir, si soportan movimientos sísmicos, si están preparadas para resistir el agua y, finalmente, si funcionan como cortafuego en el caso de un incendio.
Advierte que la construcción en zonas altas de Antofagasta tiene diferentes desafíos, como son la accesibilidad y urbanización en pendiente, la cual es cara y poco útil para establecer redes simples de comunicación y equipamiento.
DESAFÍOS
El arquitecto hizo notar que todas las ciudades son diferentes y por lo tanto con distintos desafíos urbanos ante los mismos riesgos por fenómenos y amenazas naturales o artificiales. “Sin duda que los incendios son posibles en cualquier parte, pero las condiciones que expandieron el fuego en los cerros de Valparaíso seguirán latentes si no se urbaniza y mantienen estos sectores, sobre todo los de la periferia alta, o como en Antofagasta, si no se controlan las construcciones en las quebradas aluvionales y se mantienen despejados los ductos de conducción de barro, podría eventualmente repetirse la historia de la madrugada de 1991 en la que solo 3 horas de lluvia generaron un desastre mucho mayor que el de Valparaíso”.