Una grave situación afectó durante la jornada de movilizaciones de este miércoles a un equipo periodístico de El Diario de Antofagasta, que se encontraba realizando una cobertura en directo de las movilizaciones sociales en la capital regional.
Tal como revelan las imágenes que fueron emitidas en directo a miles de personas por este medio de comunicación, las Periodistas Rocío Marín y Solange Veliz relataban los pormenores de la movilización pacífica que se realizó en la capital regional.
Fue entonces que se desplazaron hasta el sector del supermercado Unimarc Pampino, en donde un grupo de alrededor de 20 personas ajenas a la manifestación (que incluso esperaban en el lugar desde antes, esperando que se aglomerara público en el lugar), derribaron las rejas del supermercado ubicado en calle Ossa con Maipú con el fin de realizar saqueos, recibiendo el repudio de los propios manifestantes.
La secuencia ampliamente difundida muestra como por largos minutos los propios manifestantes requirieron presencia policial y condenaron estas acciones, sin que hubiera ningún tipo de resguardo de Carabineros ni el Ejército en el mencionado local comercial para controlar los actos delictuales.
Posteriormente, en lugar de la esperable intervención para detener a los integrantes del grupo que realizaba desmanes, irrumpió un carro lanzagases en contra de quienes presenciaban estos hechos sin participar en ellos, los manifestantes que se encontraban participando en las movilizaciones de manera pacífica y también contra el equipo periodístico, obligándolos a emprender una dramática huída por el lugar que quedó registrada en video.
Es en esta huída que al doblar en calle Baquedano, una cuadra alejada de la zona de los disturbios, una joven cayó golpeando su cara contra el pavimento, ante lo cual las integrantes de este medio de comunicación retrocedieron para brindarle ayuda.
En ese momento, el carro lanzagases dobló contra el tránsito arremetiendo contra las periodistas, manifestantes, la joven que sufrió la caída, un comerciante que cerraba su local y un transeúnte que hablaba por teléfono sin participar en las manifestaciones, impactándolos directamente con gas lacrimógeno. Todo lo anterior sin que ninguna fuerza de seguridad concentrara sus esfuerzos en controlar a la turba que simultáneamente protagonizaba incidentes en el supermercado ubicado a una cuadra del lugar.
Producto de este hecho, testigos acudieron en ayuda de las personas afectadas y el equipo periodístico rociándolas con agua con bicarbonato y limón, para contrarrestar los efectos de la carga química que fue arrojada a mansalva sobre sus cuerpos.
Los lamentables hechos dejaron a las integrantes del equipo de prensa, que únicamente cumplía con su trabajo de informar a la comunidad estando debidamente acreditadas y portando sus salvoconductos, junto con las otras tres personas, con fuerte irritación en sus ojos, gargantas y piel.
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