A través de una publicación en Instagram la presidenta de la asociación socioambiental Raíces Endémicas, Carmen Serrano, hizo un llamado de atención a las autoridades y a la ciudadanía antofagastina a comprometerse con la restauración, conservación y protección de los espacios naturales de Antofagasta. Esto, debido a la falta de fiscalización por parte de las instituciones competentes y la contaminación generada por las industrias, empresas y las mismas personas que visitan las reservas.
Según señaló Carmen Serrano, a pesar de que la Corporación Nacional Forestal (CONAF) de Antofagasta hace todos los esfuerzos por cubrir las áreas silvestre protegidas, hay antecedentes que indican que la Reserva Nacional La Chimba lleva 28 años sin un guardaparques que fiscalice las visitas al sector, lo que dificulta la preservación de los espacios naturales. “Las personas que asisten algunas hacen fogatas, realizan campamentos, hacen descensos en bicicleta en los senderos que son exclusivos para recorrer caminando, así como también asisten con mascotas”, mencionó.
¿Cómo afectan estos actos?
El asistir con mascotas a los espacios naturales protegidos, puede ser perjudicial no solo para la flora y fauna del lugar, sino también para los mismos animales domésticos. Los perros pueden transmitir virus como el distemper o la sarna a animales silvestres como el zorro, además de orinar en las plantas del sector y asustar a las aves con sus ladridos. A su vez, también los canes pueden verse afectados con la intensidad del sol, herirse con espinas o adquirir algún tipo de virus silvestre.


Por otra parte, las fogatas impactan el hábitat de las lechuzas que se encuentran en pequeños piques mineros que quedaron dentro de la Reserva Nacional La Chimba, por el humo que emana de ellas. A esto, se le suma el humo de las quemas ilegales en el ex vertedero, que está ubicado en las cercanías de la reserva, pues el viento traslada hacia el sector micro partículas que impactan en el sueño generando una alteración a nivel químico.
El viento no solo traslada estas micropartículas, sino también basura como bolsas plásticas que quedan estancadas en copiapoas, un tipo de cactus nativo de la zona ubicado a las alturas de la reserva. Asimismo, Carmen Serrano también se refirió a la contaminación que los y las visitantes generan al visitar estos espacios protegidos. “La gente que visita la reserva no respeta la flora y deja residuos o basura. También pisa cursos de agua que no deberían pisar, porque es donde está el caracol de La Chimba, una especie micro endémica que está en estado de conservación vulnerable”, mencionó la presidenta de Raíces Endémicas.
El trabajo de las instituciones
Respecto a la iniciativa de las autoridades para restaurar, conservar y proteger las áreas naturales, Serrano aseguró que siempre han mantenido una buena conversación con la CONAF de Antofagasta. No obstante, reveló que si bien han solicitado reuniones con el alcalde Jonathan Velasquez, aún no les dan la confirmación de esta reunión.
También, mencionó la baja intención de la Municipalidad en generar acciones que vayan en pro de proteger los espacios silvestres. “Ellos tienen herramientas para proteger sitios de interés ecosistémicos, a través de la Reserva Nacional Municipal (RENAM). Ahí solo queda en manos del alcalde la instancia de proteger estas áreas. En el tiempo que llevo como activista eso nunca ha pasado y la verdad se ve bastante difícil que suceda, por lo menos con este alcalde”, sentenció.
Respecto a la Gobernación Regional, la dirigente de la asociación reconoció no mantener mayor contacto con ellos, pero que tampoco el GORE se ha acercado. De igual forma, comentó que con la Delegación Presidencial Regional tuvieron reuniones en su momento, en donde expresaron distintas problemáticas como la quema de la basura, las fiestas clandestinas en el sector norte y la falta de vigilancia por parte de carabineros.
Es por esto que Carmen Serrano hace un urgente llamado para que las autoridades destinen recursos a las áreas silvestres protegidas, pues consideró que es una medida importante para cambiar la percepción que se tiene del sector norte del país, de que para muchos sólo Antofagasta es minería o desierto y no hay nada que proteger. “Como ONG hemos trabajado con mujeres de campamentos Luz Divina, que viven al costado del vertedero. La gente tiene las ganas de poder mejorar pero aún así faltan más herramientas, compromiso y constancia de las autoridades”, señaló Carmen.
Por su parte, insistió en la importancia de informarse sobre temáticas medioambientales, pues han evidenciado una falta de educación ambiental en la población. Por este motivo, Raíces Endémicas también se dispone a trabajar con comunidades educativas, juntas de vecinos, empresas y quien sea necesario para asegurar la restauración, conservación y protección de los espacios naturales de Antofagasta.