Más que un museo (…) se trata de un montaje cuyo propósito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar“, así se refirió el nuevo ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Mauricio Rojas, al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, en el marco del lanzamiento del libro “Diálogo de Conversos” (2015), escrito junto al actual Ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero.

El recién designado titular de dicha cartera apuntó en su momento, según citó La Tercera en entrevista difundida este sábado, a que el recinto sería “un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tantos nos tocó tan dura y directamente”.

Frases que le valieron la crítica transversal de diversas personalidades de la cultura y también de diferentes sectores políticos, que califican sus opiniones como negacionistas.

En la región de Antofagasta, la diputada Marcela Hernando (PR) calificó de “desalmado” a la autoridad, pidiendo además que Mauricio Rojas sea removido del cargo.

Asimismo, también se refirió a las declaraciones del Ministro la Agrupación Por La Memoria Histórica Providencia Antofagasta, que trabaja en el rescate del ex Internado Bernarda Morin, que funcionó como centro de detención y tortura entre 1973 y 1986 en Antofagasta y fue declarado Monumento Histórico el 25 de Mayo de 2016.

Se estaría instalando con el actual ministro un retroceso inadmisible que retrotrae lo poco que se ha ido avanzando en materia de verdad, justicia, reparación y memoria. Basta de canalladas. Rechazamos categóricamente las declaraciones de otro ministro payaso. Este personaje se coloca la soga en el cuello, Antofagasta tiene memoria y luchará por ejercerla“, indicó la agrupación mediante las redes sociales.

Desde el gobierno regional, la Seremi de Cultura, Gloria Valdés y el Seremi de Justicia y Derechos Humanos, Juan Enrique Jara, aún no se han referido al tema, principalmente en relación a si se comparte la cuestionada visión del Ministro sobre los sitios de memoria histórica que recuerdan las sistemáticas torturas, asesinatos, violaciones, censura y otras atrocidades cometidas por el régimen militar que gobernó de facto el país entre 1973-1990.