Joven de 16 años fue insultado y atacado por un grupo de personas en Ancud, debido a su orientación sexual. Ataque se produjo pocas horas después de la polémica suscitada por los dichos homofóbicos de un obispo evangélico, que fueron calificados como un llamado al odio y la violencia.
A pocos días de los polémicos dichos emitidos en el Te Deum Evangélico en contra de los homosexuales y las iniciativas contra la discriminación por orientación sexual, un nuevo acto de odio y violencia se deja sentir en el país, recordando la conmoción por la muerte del joven Daniel Zamudio.
En esta oportunidad, se trata de un joven de solo 16 años que fue insultado y atacado por un grupo de personas en la comuna de Ancud por su homosexualidad, quedando inconsciente y con graves heridas en su rostro que quedó prácticamente desfigurado.
Según la información entregada por Meganoticias, la víctima, que fue identificada como José, regresaba de una fiesta junto su hermano, cuando fue interceptado por un grupo de personas que procedió a agredirlo brutalmente por su preferencia sexual.
José fue trasladado hasta el hospital de Ancud, en donde permanece internado con fracturas en el maxilar superior, inferior y nasal, además de tener su cara prácticamente desfigurada, por lo que deberá ser sometido a un injerto en la encía.
El país ya se ha visto fuertemente conmovido por ataques contra personas por sus formas de vida y pensamiento. El 27 de marzo de este año, el joven Daniel Zamudio se convirtió en símbolo contra la violencia homofóbica, al ser asesinado por una pandilla de tendencias neonazis, lo que levantó el debate respecto a la homofobia en el país y la falta de una ley antidiscriminación realmente efectiva.
Pocas horas antes de que ocurriera este hecho, desde el Movimiento de Liberación e Integración Homosexual (Movilh), había expresado su total rechazo a las declaraciones del representante Evangélico Hédito Espinoza, quién pidió perdón en nombre de la Iglesia a “las minorías que se sientan discriminadas por nosotros; a ellos les queremos decir que Dios y nosotros le amamos. Dios ama al pecador, lo que aborrece es el pecado“
“Estas autoridades del mundo evangélico, no están hablando en nombre de Dios, ni de la Biblia, sino que de su propio odio interno, el cual usan como herramienta para mantener ilegítimos grados de poder e influencia“, sentenció respecto a la opinión de Espinoza el Movilh.