Este último mes ha sido de dimes y diretes al interior de la Nueva Mayoría (NM), se partió con el rechazo del SERVEL a la inscripción de las primarias, aduciendo que no estaban todos los presidentes a la hora de la inscripción, al día siguiente salieron varios rasgando vestiduras y pidiendo disculpas, pero después por arte de magia se desdicen y culpan de todo al Servel, para terminar presentando reclamos en el Tricel; los cuales finalmente permitieron inscribir las primarias, pero con la incertidumbre de una “famosa ley” corta que se les exigió.
Aunque con la inscripción de las primarias de la NM reflota viejas prácticas de la Concertación, como es la defensa corporativa de “eternos alcaldes”, de los cuales algunos están cuestionados, pero cerramos los ojos ante ello, ya que son carta segura contra la Derecha (caso de la Pintana), y otros simplemente por el hecho de la vieja y recalcitrante frase “el que tiene mantiene”, sin dejar espacios a nuevas caras (casos El Bosque, Macul, Lo Espejo, etc.).
Si bien, miramos a la distancia lo que sucede en Santiago, nos encontramos con una determinación irrisoria e inexplicable, no dejar participar en las primarias de la comuna al concejal independiente Jaime Araya, pieza clave en la política comunal, tanto en liderazgo como en posicionamiento de votos (última elección saco un 16% de votación entre 70 candidatos, alrededor de 10.300 votos, siendo el concejal más votado de la comuna).
Las primarias deberían ser de participación democrática para todos los interesados y que adhieran al programa de gobierno de la presidenta Bachelet; la idea principal es aglutinar fuerzas, tanto políticas como de movimientos sociales, los cuales son determinantes en la política actual. La ciudadanía es prioritaria y debemos escucharla, sobre todo cuando la política se deslegitima diariamente, y con estos actuares, seguimos cayendo en la antipatía del ciudadano común.
Acá se está actuando de una manera equivocada, no podemos coartar la participación en este proceso, menos a personas que adhieren a la centro izquierda y que pueden ser la carta de recuperación de un municipio tan relevante como es el de Antofagasta.
Como Nueva Mayoría, debemos dejar de lado la pelea chica de algunos parlamentarios y su ataque constante a todo lo que sea “Araya” y pensar con altura de mira, pensar en el futuro de la comuna, la cual debemos recuperar para toda la ciudadanía, y no mirarla con calculadora en mano y pactando la con la derecha en post de futuros apoyos parlamentarios.
Acá una vez más se ha dejado entrever a la opinión pública un “desorden” de las cúpulas del conglomerado, los cuales miran desde lejos sin pensar, muchas veces, en los intereses reales de la ciudadanía, volviendo nuevamente a retroceder en lograr seducir a la gente.
Con lo anterior, se podría haber tenido un cuadro político unido, los partidos de la NM, independientes y movimientos sociales, todos por un solo objetivo; recuperar la alcaldía de la comuna; y ahora tenemos un escenario abierto, en el cual espero gane la ciudadanía de Antofagasta.