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Miércoles 9 de Octubre del 2024 00:31

Nunca vas a estar solo: Una película dura en su tema y arriesgada en su estética

El caso de Daniel Zamudio sirve de inspiración para este potente debut chileno que debe ser visto por los cinéfilos antes de que muera en medio de la cartelera atiborrada de estrenos comerciales. Una película dura en su tema y arriesgada en su estética, logra hacernos entrar en el cerrado mundo de Juan, un padre que a raíz del alevoso ataque que sufre su hijo por parte de tres vecinos del barrio, no sólo descubre la orientación sexual de éste, sino también el infierno de un sistema capitalista que lo consume y devora.

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Víctor Bórquez Núnez
Víctor Bórquez Núnez
Periodista, escritor, comentarista de cine. Académico del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Antofagasta.

nunca-vas-a-estar-soloEsta cinta debut de Álex Anwandter, protagonizada por el actor Sergio Hernández, tiene en verdad dos protagonistas: Juan, el padre de un muchacho homosexual, atacado vilmente por tres de sus vecinos que lo utilizan y lo desprecian por partes iguales y Santiago, como ciudad en brumas, lejana, donde solo atisbamos luces o  figuras fantasmales. Porque entre esos dos personajes –el padre que descubre tarde la orientación sexual de su hijo y la ciudad que crece y se desdibuja- transcurre este filme que ha logrado una gran recepción por parte del público, calificado por los críticos como uno de los mejores  debuts de los últimos años.

Lo interesante es el cambio de eje dramático, arriesgado para un debutante, porque toda la primera parte la protagoniza el chico que aspiro a ser bailarín y que solo tiene en una vecina el apoyo y confidente necesario para asumir su sexualidad. Pero, a partir del terrible ataque que sufre en plena calle (inevitable recuerdo del caso de Daniel Zamudio), es Juan quien asume el control del relato y es él, con sus visitas al hospital, su decepción ante el plan de la isapre, su pelea con el socio por 25 años en su empresa de maniquíes y su relación patética con una vecina, quien nos recuerda dónde se encuentra el corazón de esta película.

La ópera prima del músico, compositor y director  Álex Anwandter “Nunca Vas a Estar Solo” tuvo un resonante éxito en el marco del Festival Internacional de Cine de Berlín, lo que avala su prestigio. Se trata en efecto de una película que destaca en el escenario actual porque instala no solamente una historia potente (la homosexualidad, la manera en que un padre logra llegar a comprender a su hijo) sino también un estilo visual arriesgado donde predomina el desenfoque, planos cuidados y bien trabajados y una cierta estética “sucia” que puede descolocar a los espectadores habituados a un cine convencional.

Todo el relato se centra entonces en la dolorosa historia de Juan, personaje interpretado por Sergio Hernández, trabajador de una distribuidora de maniquíes y padre, que el día menos pensado se entera del secreto de su hijo cuando éste sufre un violento ataque en medio de la calle debido a su orientación sexual. De pronto, sin aviso, este hecho deja al descubierto que toda la existencia de Juan es precaria: carece de vínculos emocionales, tiene problemas económicos, la isapre no lo compensa como se le prometió, no tiene consuelo en su socio que se revela como un aprovechador y su hijo está en estado de coma. Así, él deberá enfrentar una serie de caminos tortuosos y traiciones inesperadas.

Si bien la historia de “Nunca vas a estar solo” pierde gran intensidad hacia el tramo final, hay escenas notables y dignas de mencionar –el protagonista delante de la oficinista en la isapre resume la frustración e impotencia de todos los chilenos grises que son devorados por el capitalismo grosero- y la de Juan descubriendo en detalles que su hijo se maquilla, se viste de mujer, canta canciones de Lucho Gatica y sueña con ser un artista mientras sus vecinos abusan de él tanto física como sexualmente.

Es ésta una película dura, por tema y tratamiento, pero necesaria de ver, sobre todo porque se inspira en el caso de Daniel Zamudio y vuelve a abrir el debate acerca de la homofobia que se esconde, peligrosamente, en el seno de nuestra sociedad y que acá está reflejada en el barrio, los compañeros del sexo casual en los callejones, los comentarios de la tía de uno de los atacantes y sobre todo, en el escenario de la gran ciudad que se pierde en el horizonte y semeja un monstruo dormido.

Inteligente debut, seguramente sufrirá el karma de todos los buenos estrenos chilenos de esta última temporada: estará apenas una semana en cartelera, ignorada por quienes deberían verla, comentarla y recomendarla.

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