“Es lo que me tocó nomás”, dice la esposa del Presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, al recibir pensión mensual de cinco millones de pesos en Dipreca, por 21 años de trabajo en Gendarmería…
Y “es lo que le tocó nomás”, le dicen a las miles y miles de mujeres de nuestro país, al mantener el sistema privado de pensiones AFP otorgando ‘pensiones’ de 80 lucas, financiadas por ellas mismas, luego de 25, 30 o más años de vida laboral. Su esfuerzo como dueñas de casa o trabajadoras sin contrato ni previsión, por supuesto no son considerados por el “marco legal”.
En el fondo, tienen razón cuando dicen “Es lo que le tocó”. Porque efectivamente, esa diferencia brutal, abismante, es lo que bajo el actual órden político y económico corresponde a cada clase social.
Una clase son ellos, el 1%, los dueños del país, los mismos apellidos, la elite empresarial que evade, roba y se colude, en complicidad con sus políticos a sueldo del duopolio. La otra clase somos todos nosotros, el 99% , que trabaja, se endeuda por sus estudios, se endeuda por una casa, paga sus cotizaciones o paga impuestos por sus emprendimientos.
Dos clases antagónicas, una clase dominando a la otra desde la fundación de este país. Llega el momento de rebelarnos, por la fuerza de la razón.
Benedicto Soto Mardones
