De un total de mil sitios catastrados gracias a un proyecto innova Chile de Corfo, entre un 70 y 80% han sido destruidos o intervenidos por el hombre. Así lo denuncia el destacado arqueólogo de la Universidad de Antofagasta, Agustín Llagostera.
La costa del Desierto d
e Atacama posee una riqueza inconmensurable en cuanto a lugares que fueron poblados por diferentes comunidades desde hace unos 10 mil años antes del presente. La sequedad y lo aislado de los terrenos favoreció su buena conservación por siglos, sin embargo, en el último tiempo la mano de hombre está destruyendo lo que nos guardo la naturaleza como testimonio de milenarias culturas.
El destacado investigador nacional y hoy académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad de Antofagasta, Agustín Llagostera, denuncia que tras un estudio financiado por Innova Chile de Corfo, se detectó que entre un 70 y 80% de mil sitios arqueológicos de la costa del desierto están destruidos o en condiciones que ya no pueden entregar información científica relevante para su estudio.
“A diferencia de lo que ocurre en el interior de la región, existen muy pocos estudios sobre las culturas cazadoras y recolectoras de la costa del norte, lo cual ha propiciado, de cierta manera, a que la comunidad no las valore. Por otra parte, la gran cantidad de sitios y lo diseminados que se encuentran hace casi imposible tener cuidadores en cada uno de ellos”, sostuvo.
Destrucción
La destrucción se concentra en lugares que fueron habitados, temporalmente o permanentemente, por los grupos que recorrían las costas en busca de especies marinas. “Hablamos de viviendas, lugares de entierro de personas, conchales y sitios ceremoniales”.
El investigador es claro en señalar a los culpables. “Los huaqueros son los responsables de la destrucción, pues ellos buscan materiales como cerámicas y otros utensilios que tienen un gran valor por compradores inescrupulosos. También es obra de vándalos y en menor medida de turistas que visitan los balnearios que se hayan en las inmediaciones”, explicó.
Se debe destacar que la ley 17.288 obliga al Estado de Chile a proteger y preservar estos lugares. Por lo tanto, y considerando además los criterios que imparte la UNESCO, en este caso estaríamos ante “una escandaloso atentado al patrimonio de la nación”.
Culturas
Los sitios arrasados corresponden a comunidades que habitaron las costas desde hace 10 mil años atrás, y que en su momento recibieron influencias de las culturas Chinchorro (Arica) y Huentelauquen (Región de Coquimbo). “También hablamos de sitios de los habitantes conocidos como Changos, aunque estos fueron más contemporáneos a la llegada de los españoles”, explica el científico de la UA.
Si bien en este caso no es posible hablar de “antepasados” de los actuales habitantes de la costa del desierto de Atacama, pues la línea de tiempo no existe o es muy difícil de encontrar, el doctor Llagostera señala que la “destrucción de de este patrimonio arqueológico atenta contra los valores que la sociedad en si le atribuye a estos bienes”.
Protección
Si bien el daño ya está hecho y es irreversible, el investigador de la Universidad de Antofagasta señala que la protección y cuidado de los pocos sitios que quedan sin ser destruidos o intervenidos, pasa por la educación de la comunidad.
“Creemos que por medio del turismo de intereses especiales podemos lograr que la comunidad valore esta riqueza. Para eso queremos además implementar un plan de educación patrimonial para crear conciencia y compromiso de la población en torno a este tema”, concluyó.
