Sólo el 14,1% de las personas mayores de 18 años de la región acudió a votar, mientras que 356.899 personas no participaron en el proceso. A nivel nacional, asistió a votar un 23,9%, mientras que el 76,1% no emitió sufragio.
Era mediodía del domingo de primarias presidenciales en Calama y bajo el intenso sol loíno, el encargado de las votaciones en el Colegio Chuquicamata tomaba una decisión que haría noticia. Ante la total ausencia de vocales de mesa y votantes, finalmente se optaba por cerrar cuatro mesas.
Se trató de una de las señales que daban cuenta de una jornada marcada por la escasa afluencia de votantes a las urnas dispuestas en todo el país, contabilizándose finalmente 3.007.687 votos, una cifra que equivale al 23,9% de las 12.598.278 personas mayores de 18 años que hay en el país de acuerdo a proyecciones del INE, y que se encuentran habilitadas para votar, tras la aprobación de la ley de inscripción automática y voto voluntario.
La región de Antofagasta no estuvo exenta de esta realidad y a pesar de lo señalado por la mayor parte de los medios de comunicación, la abstención terminó imponiéndose como la opción preferida por una inmensa mayoría de los habitantes del norte grande, asistiendo a votar en su mayoría militantes o cercanos a los partidos políticos que participaban en la elección, además de personas de la tercera edad.
Las cifras reales
Tras el fallido Censo del 2012, no existen cifras oficiales de la cantidad de personas mayores de 18 años que habitan en el país, mientras que el Servicio Electoral incluye entre la cifra oficial de electores a un importante número de personas fallecidas, lo que impide determinar en forma fehaciente el porcentaje de abstención electoral.
No obstante, en base a las Proyecciones de Población por año contempladas para el año 2013 por el INE, se estima que actualmente habitan la región de Antofagasta 415.634 personas mayores de 18 años, de las cuales solamente acudieron a votar en las 410 mesas que se constituyeron 58.735, según los últimos cómputos del Servicio Electoral. Esto indica que un 14,1% de las personas en edad de votar asistió a sufragar, mientras que un 85,9%, equivalentes a 356.899 personas, no acudió a las urnas.
Una tendencia que se hace aún más evidente en la Provincia de Antofagasta, esto es, incluyendo a las Capital Regional, Sierra Gorda, Mejillones y Taltal. Según las proyecciones de población, 288.712 personas podrían haber asistido a sufragar, pero solo lo hicieron 37.181, equivalentes al 12,9%. En tanto, un 87,1% o 251.531 personas optaron por no sumarse al proceso eleccionario.
En la Provincia El Loa, los resultados también fueron contundentes. De un total de 110.092 personas en edad de acudir a votar, finalmente depositaron su voto 17.362 (15,8%), mientras que 92.730 (84,2%) no participaron en las elecciones.
La Provincia de Tocopilla fue la que registró mayor participación en la región, acudiendo a votar 4.192 (24,9%) de las 16.830 personas mayores de 18 años, mientras que se restaron de la elección 12.638 personas (75,1%).
Los números son claros y definitivos. La inmensa mayoría del país y la región estuvo más preocupada de aprovechar lo que quedaba del fin de semana, la final de la Copa Confederaciones o de entregar su respaldo a candidatos ausentes en la papeleta de las dos coaliciones que se han alternado en el gobierno desde el fin de la dictadura militar.
Unos resultados categóricos y contundentes que permiten la formulación de diversas interrogantes: ¿Se pueden considerar representativas y un éxito de participación, unas elecciones en donde la primera e inmensa mayoría la constituyen precisamente quienes no votaron? ¿Está realmente informada la ciudadanía respecto de quienes son los candidatos y sus propuestas? ¿A los jóvenes les convence realmente el sistema electoral? ¿Fue la ausencia de votantes un castigo a las coaliciones participantes, apoyo a otros candidatos, desencanto con la democracia representativa o simple pereza?
Probablemente varias de estas preguntas encuentren su respuesta en las presidenciales de noviembre.
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