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Viernes 29 de Marzo del 2024 08:35

Asesinato de Cecilia Julio: ¿Efectividad en la Pena?

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Carolina Reyes Herrera
Carolina Reyes Herrera
Futura abogada, subdirectora @diarioafta @diariotocopilla @diariocalama, Directora de Radio Carocklina.

Observando el Calendario no pude dejar de sorprenderme de como pasa el tiempo.  Un año…un año ya desde la partida de Cecilia Julio Bolados, la estudiante de Enfermería a quien truncaron sus sueños, por la necedad humana que le arrebató su vida.

Recordando los días de intensa búsqueda, de intriga, de observar el entorno con llantos, arrebatos, furia y un sin fin de reacciones lógicas que lograron empapar el sentir de La Perla del Norte, Vallenar y de muchos lugares de Chile por este crimen, sigo pensando que este caso va mucho más alla de lo que nos han hecho creer, así como tambien me ha permitido cuestionar la afirmación de muchas personas, respecto a un eventual regreso de la pena de muerte en Chile.

En los medios de comunicación tradicionales, se expuso subjetivamente que la pena capital debiera ser restablecida. Se argumentó que en países como EE.UU, existen cinco estados donde se aplica la pena de muerte, en contraste con Chile.

Es difícil colocarse en el lugar de las familias víctimas de estos horrendos crímenes.  Pero si nos fijamos en el efecto que produjo esta pena en EE.UU, notaremos no es el camino ni la solución. Sin ir más lejos, en aquel lugar hoy en dia  jóvenes, adultos e incluso niños, perpetran incluso verdaderas matanzas en masa. Estos alevosos crímenes, son la muestra más elocuente de que el Estado  no remedia la violencia, sino que es generador de la misma, porque la practica y la avala.

Chile no es ajeno al problema de la violencia, sobre todo porque el Jefe de Estado, Sebastian Piñera, ocupa el slogan publicitario de acabar con la delincuencia por medio de la “Mano Dura”. Las fuerzas policiales abundan por todas partes, pero…¿Qué pasa hoy en Chile?…

Desgraciadamente la “lucha contra la delincuencia” día a día muestra ser una batalla perdida del gobierno. En lo único que se ha reflejado la “Mano dura” y el aumento de la presencia policial, es en los alarmantes niveles de represión a las expresiones de la ciudadanía y las libertades civiles, por ejemplo lo que sucede con el Movimiento Estudiantil.

La estadística nos enseña que las penas duras atacan el síntoma, pero no solucionan el problema de raíz. El Estado, por intermedio de la policía, debiera prevenir los delitos. Matar a los culpables después de cometidos los crímenes, solo consigue que sigan existiendo los mismos delitos, con el agregado de que el Estado está predicando con el ejemplo de la venganza y la violencia.

No obstante, el principal argumento en contra de penas efectivas, se debe a que se invierte mucho dinero en mantener a los reclusos, dinero que podría ser usado para temas como la educación. También sabemos que la cárcel para muchos criminales es un “paraíso”, porque amplían sus redes, no trabajan, los alimentan,tienen pieza, etc, etc.

La solución radica en que los asesinos debieran de producir para el país y no que el país produzca para ellos. Debieran de ser ellos los sometidos a trabajos en beneficio del país y no a la mayoría a la explotación laboral. Ese trabajo físico y de producción, debiera ir acompañado con educación, además de supervisar a los presos y los que poseen registros-y no a todos- por medio de la tecnología como chip,camaras, CI.

De haber actuado un Estado preventivo, Daniel Rojas Pool (principal inculpado) no hubiese tenido oportunidad de efectuar el crimen, ya que él es reincidente. Sin embargo, debido al fracasado modo de luchar contra la delincuencia, finalmente no tuvo rehabilitación, sino por el contrario, salió de prisión con renovadas ganas de cometer delitos.

Otro punto en este tema, es la sorprendente y populista reacción de algunos políticos, ofreciendo cárcel al por mayor para subir en las encuestas gracias a la rabia y pena que producen los crímenes, mientras paralelamente apoyan la ley de amnistía, o la frase de “perdonar y olvidar”.

Algunos de los partidarios de la pena de muerte son los mismos que han dicho que “Dios es el único que da la vida y el único que puede terminarla”, refiríendose, por ejemplo, a la “píldora del día despúes”…¿Cómo pretenden gobernarnos, si no tienen claras sus posturas y en lugar de un auténtico compromiso por evitar los crímenes, los utilizan como resorte de campaña?

A todos ellos es preciso recordarles que este tema debe ser enfrentado como un síntoma más de un problema mucho mayor que atañe a toda la sociedad en su conjunto, el cual debe ser resuelto por vía de la prevención y que las penas se cumplan efectivamente. La violencia y los delitos deben ir disminuyendo empíricamente con cambios de fondo a la sociedad y el modelo egoísta y violento, en lugar de ser escondidos tras las rejas. Se debe avanzar en la aplicación de la justicia, para contribuir a evitar que otras personas sufran la privación de la vida, como Cecilia Julio.

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