La molestia de los diferentes usuarios en relación al funcionamiento de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin) de Antofagasta son recurrentes.
A los rechazos de las licencias médicas y engorrosos trámites de apelación que están obligadas a realizar personas que se encuentran con reposo médico, se suman extensos periodos de espera para poder recibir el pago de las licencias médicas, que en algunos casos se extienden a meses, privadolas de ingresos económicos cuando más lo necesitan para pagar sus tratamientos.
Una situación que raya con lo absurdo y que se ha visto empeorada tras el cambio de oficinas de la entidad desde calle Matta al ex centro oncológico, en calle Eduardo Lefort con 21 de Mayo.
Usuarios denunciaron a Diario Antofagasta que las ‘nuevas instalaciones’ (en rigor antiguas ya que se trata de un edificio antiguo) no cuentan con las condiciones mínimas para atención al público y la improvisación es evidente, al punto que ni siquiera hay mobiliario adecuado para la atención del público. Una situación que provoca que se retrasen los trámites siendo los propios usuarios afectados, a la vez que existen documentos quedaron literalmente “botados”, viéndose los usuarios gravemente afectados.
Las críticas también apuntan a que el personal se ve sobrepasado y los funcionarios encargados de la atención al público deben pagar los platos rotos por la desidia y mala gestión administrativa de las jefaturas, mencionándose también el trato déspota en algunos casos, como el de la funcionaria encargada de las visitas domiciliarias, quien parecería empeñada en que las licencias médicas de los pacientes sean rechazadas a toda costa para reducir la carga laboral.