Era la noche del 18 de octubre del 2019. En el país millones de personas salían a manifestarse en las calles, mientras el Gobierno se mantenía inflexible, estando próximo a decretar estado de emergencia. Por primera vez desde la dictadura, volvería el toque de queda en el país. Barricadas y enfrentamientos se producían en Santiago y se convocaban movilizaciones en todo Chile, incluyendo la región de Antofagasta.
Mientras tanto, el Presidente Sebastián Piñera comía pizza en un restaurante celebrando el cumpleaños de uno de sus nietos, una imagen que se convertiría en un símbolo de la desconexión de la clase política con la realidad de la inmensa mayoría de la población.
Pero no solo en la capital la autoridad a cargo del control del orden público y entregar soluciones, se encontraba celebrando. También pasaba lo propio en Antofagasta, donde el entonces Intendente y actual candidato a Senador por Renovación Nacional, Marco Antonio Díaz, en un acto desarrollado en el Hotel Antofagasta con autoridades y partidarios de los partidos políticos del oficialismo, anunciaba su programada renuncia al cargo para postular como Gobernador Regional (elección donde terminaría sufriendo una contundente derrota).
Posterior a la mencionada actividad, durante la noche del 18 de octubre y madrugada del 19 de septiembre, las autoridades del piñerismo se fueron de fiesta con piscina y reggaetón para celebrar sus candidaturas políticas y reparto de cargos públicos, tal como mostraron las historias de las cuentas de Instagram de Rodrigo Saavedra Burgos.
Rodrigo Saavedra era entonces Director Regional de Vivienda y Urbanismo de Antofagasta y posteriormente fue designado como Intendente de Antofagasta (fue el último Intendente de la región antes de asumir los Gobernadores Regionales). Asumió en ese cargo siendo el sucesor de otro participante de la polémica fiesta, Edgar Blanco Rand, quien fue designado el 22 de octubre del 2019 como Intendente. Actualmente es Subsecretario de Minería.
El hecho generó ardua polémica y acrecentó el descontento social, por la total desconexión con la realidad de la inmensa mayoría de la población y que no estaban disponibles para cumplir sus deberes en medio de la crisis. El uso de la frase “los tengo a todos identificados”, utilizada por el ex dictador Augusto Pinochet, también causó molestia y suspicacias.
Más allá de la gravedad de la situación, el “piscinazo” de las autoridades en Antofagasta no tuvo mayores consecuencias para ellos en la designación de cargos, siendo Edgar Blanco y Rodrigo Saavedra no solo ratificados, sino que ascendidos en sus funciones por el Presidente Piñera. Costos políticos, sin embargo, si tuvo, considerando las exiguas votaciones de los candidatos de los partidos oficialistas en las elecciones.