Este domingo amanecimos con un horario distinto, puesto que durante la media noche del sábado 2 de abril, los relojes en hogares de Chile debieron atrasarse una hora, dando inicio al horario de invierno. Situación que ocurre dos veces al año y que, según expertos, puede afectar a la salud de los chilenos, principalmente niños y adultos mayores.
Uno de los principales efectos que produce el cambio de hora, es el una alteración en el conocido “reloj biológico” que, según explicó la neuróloga Evelyn Benavides, es una alteración “en el ritmo circadiano”, por lo que “se incrementan los trastornos del sueño, disminuye la concentración e, incluso, trastornos del sueño y alimentarios”.
Por su parte, el también neurólogo Álvaro Vidal, cree que existen “riesgos de producir alteraciones como somnolencia diurna o hipersomnia”.
Otras afecciones pueden ser fatiga constante, sensación general de malestar, cambios en el estado de ánimo además de problemas estomacales, estreñimiento o -en casos de horario extremo- diarrea.
Los más afectados serían los niños y adultos mayores, en caso de este último, requieren menos horas de sueño, y no lo conciliará si despierta antes por el atraso de horario, por lo que no se recomiendo acostarse antes de las 21 horas. Mientras que en los menores generaría irritabilidad o cambio en el apetito hasta por 3 días, por lo que es recomendable que se duerman y levanten 15-20 minutos antes de lo habitual un par de días antes.
