Una nueva jornada de protestas contra el modelo económico extractivista introducido al país en los años 80 que desató el desastre ecológico en Chiloé, se desarrolló la noche de este martes en las calles de Antofagasta.
Luego de una marcha que contó con centenares de personas, diversos puntos del centro de la ciudad ciudad fueron bloqueados con barricadas, produciéndose una fuerte congestión vehicular.
Entre los asistentes una vez más hubo coincidencia en que a diferencia de lo indicado por autoridades, la elite empresarial y algunos medios de comunicación, que buscan reducir el conflicto a una supuesta “marea roja” y el reclamo por un bono, en realidad el movimiento social es otra protesta más contra las miserias que ocasiona el modelo neoliberal impuesto al país en los años 80, el cual beneficia a una minoría política y empresarial que se lucra de la extracción de recursos, mientras que los territorios y sus habitantes sufren las consecuencias negativas, tales como la contaminación, enfermedades, bajos salarios y pérdida de sus empleos.
Movilizaciones que por lo tanto, tienen mucho en común con demandas históricas que en su momento plantearon Calama, Tocopilla, Freirina, Aysén y Magallanes; entre otros múltiples movimientos sociales.