Debido a su forma de hablar y actuar, el soldado indica que sus pares y superiores le tiran besos, lo silban y constantemente le dicen frases del tipo “córtate las uñas maricón culiao”, “no se junten con él porque es hueco y le gusta la tula”, “caballo” y “no eres persona”.
“Producto de los hostigamientos, el soldado vio muy afectada su estabilidad emocional, por lo que debió recurrir a profesionales de la psicología y la psiquiatría que le han dado variadas licencias médicas”, indicó el dirigente del Movilh, Rolando Jiménez
El activista explicó que “en reiteradas ocasiones el soldado ha intentado comunicar lo que está viviendo y estampar una queja ante el Alto Mando, sin embargo, sus superiores directos le han impedido formalizar su reclamo”.
Tras recopilar antecedentes, el Movilh informó del caso al Comandante en Jefe del Ejército, Humberto Oviedo Arriagada, solicitando mediante carta su intervención inmediata.
Junto a ello, el Movilh pidió a Oviedo Arriagada que instruya en breve una investigación sobre lo ocurrido, que garantice los derechos del denunciante y que sancione a los responsables de los abusos, en tanto “violentan la Ley Zamudio y los propios reglamentos de las Fuerzas Armadas”, redondeó Jiménez.
De la misma manera, el Movilh solicitó medidas de prevención de la homofobia y la transfobia, así como que todo informado que intervenga en investigaciones sobre presunta discriminación contra pares sea “absolutamente ajeno al conflicto y no tenga relación alguna con quienes son acusados de violentar derechos humanos”.
El Movilh recordó que el 2012 las Fuerzas Armadas eliminaron todas las reglas internas que estigmatizaban a las personas en razón de su orientación sexual y de género y que, junto a ello, el Alto Mando del Ejército “ha dado importantes señales contra la discriminación. En ese sentido, esperamos justicia para el soldado que hoy es víctima de la homofobia en manos de unos pares que no conocen nada de la dignidad humana y del respeto que deben a nuestra legislación”.