La actividad en el puerto de Antofagasta sería el principal origen del polvo negro visible en las calles, casas y edificios de la capital regional, afirman los resultados de un estudio realizado por un equipo de investigación multidisciplinario de científicos de la Universidad de Antofagasta y de otras instituciones nacionales.
De acuerdo a lo informado por la Universidad de Antofagasta en su sitio institucional, la investigación consideró varios meses de trabajo y una minuciosa revisión por parte del equipo dirigido por la Dra. en Ciencias mención Geología y académica de la Universidad Austral, Joseline Tapia y la participación de los doctores Cristina Dorador, Jorge Valdes, Rodrigo Orrego y Chris Harrod de la Universidad de Antofagasta, además de los profesionales Aliro Bolados y Andrei Tchernitchin del Colegio Médico.
ESTUDIO
Esta investigación tuvo como origen la base geológica de la ciudad y las muestras de polvo negro que fueron analizadas por distintas entidades (Colegio Médico e ISP), y un ensayo de biodisponibilidad.
El estudio arrojó además que las concentraciones de arsénico, cobre y zinc son las más altas registradas hasta el momento en polvo de ciudad en el mundo (239, 10,821, y 11,869 mg∙kg−1, respectivamente). Mientras que al arsénico, plomo y cobre muestran alta bio-disponibilidad. “Los índices de peligrosidad preliminares muestran que As y Cu contribuyen a un riesgo elevado en niños y adultos expuestos de forma crónica al polvo de Antofagasta, en tanto, Pb se considera peligroso en cualquier concentración”, indica el estudio.
Por otra parte, el estudio consideró aspectos geológicos de la ciudad y sus alrededores, para descartar que la presencia de los elementos considerados contaminantes sea de origen natural. Junto a eso, los científicos plantean que debido a las características de los elementos (arsénico, cadmio, cobre, molibdeno, plomo y zinc) estos se relacionan con los minerales que existen tanto en depósitos de tipo pórfido cuprífero chilenos como en los concentrados de plomo de Bolivia.
