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Domingo 10 de Noviembre del 2024 08:44

Caso Karadima y la injusticia contra los jóvenes de Chile

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Cristian Reyes Herrera
Cristian Reyes Herrerahttps://www.diarioantofagasta.cl
Periodista, Licenciado en Ciencias de la Comunicación UCN. Diplomado en Estrategias para Contenido Digital UDP. Soy un #AntofaLover. Director y Fundador de DiarioAntofagasta.cl
Fernando Karadima

Las últimas declaraciones del Cardenal Medina, quién justificó al Padre Fernando Karadima -acusado de violación y condenado por la Iglesia Católica, mas no aún por la Justicia- diciendo que “Un Joven de 17 años sabe lo que hace”, deja en evidencia una de las deudas más grandes que tenemos como país, y que dice relación con nuestros niños y jóvenes.

Hay una gran injusticia en Chile frente a los jóvenes. Un doble discurso, en el cual se les considera aptos para asumir ciertas obligaciones, pero no para ejercer sus derechos.

En efecto, la ley considera a los jóvenes lo suficientemente maduros para tener responsabilidad penal a los 14 años. O como dice Medina, que tienen discernimiento para ‘evitar’ una violación en su contra.

Sin embargo, ¿qué pasa a la hora de ejercer derechos fundamentales? Ahí se les considera inmaduros, sin discernimiento y sin capacidad para decidir lo que hacen. Se les considera inmaduros a la hora de votar o incluso de decidir respecto a su cuerpo y su vida sexual.

Ahora mismo, la educación sexual en los colegios parece algo descabellado para los mismos que luego piden cárcel en contra de jóvenes que caen en conductas delictivas.

Respecto al caso Karadima, a simple vista puede parecer extraño que alguien de 17 años no se defienda de una violación y tocaciones. Pero para comprender este tema en mayor profundidad, es necesario tener en cuenta factores como el adoctrinamiento y proceso de lavado de cerebro que realizan los grupos religiosos ultraconservadores, como Acción Católica, grupo al que perteneció James Hamilton y que lideraba Fernando Karadima.

Muchos de estos grupos poseen características que los asemejan a verdaderas sectas. En efecto, se trata de círculos donde existe una jerarquía en la cual existe un lider claramente definido y cuya ideología o creencia, genera una mezcla de miedo y admiración que inhibe la capacidad de las víctimas para defenderse.

Sus miembros poseen la fe ciega de que estan en manos de un guía y lider que sabe lo que es justo e injusto, lo bueno y lo malo, lo divino y lo terrenal. Ahí tenemos lo que pasó en Colonia Dignidad. Un ex-nazi, crea un enclave cerrado al resto del mundo y asume un rol de líder con características casi mesiánicas, manteniendo en un estado de esclavitud a seres humanos, que no se defendían por temor y también por admiración.

Y de este modo ha sucedido también a lo largo de la historia. Los grandes imperios americanos sucumbieron ante los conquistadores españoles, en gran medida porque les consideraban divinos, descendientes de dioses y por tanto les temían y admiraban.

La pregunta que resulta entonces es: Si ante la creencia de un ser más sabio, superior y divino, no pudieron defenderse siquiera grandes imperios ¿Cómo ha de hacerlo un joven de 17 años?

Tal vez esa es la respuesta que el Cardenal Medina debiera tener en cuenta para colocarse en el lugar de las víctimas en vez de justificar a los abusadores. Esto, si realmente está interesado en salvar el prestigio de una institución que está en franca decadencia.

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