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Viernes 19 de Abril del 2024 20:35

Mujeres en la ciencia: Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Dougna ganan Nobel de Química 2020

Las científicas crearon tijeras genéticas capaces de cambiar el ADN. Contribuyendo a estudios en la medicina, terapias contra el cáncer e incluso podría llegar a curar enfermedades hereditarias.

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La Real Academia de las Ciencias de Suecia dio a conocer este miércoles que las científicas Emannuelle Charpentier y Jennifer A. Dougna descubrieron una de las herramientas más ingeniosas de la tecnología genética: Las tijeras genéticas CRISPR/Cas9, lo que las habría hecho ganadoras del Premio Nobel de Química 2020.

Cambiar el ADN, ¿Cómo?

Las científicas, desarrollaron un método para la edición del genoma humano, a través de estas tijeras genéticas que permiten realizar cambios específicos y precisos en el ADN contenido en células vivas. Lo que ha tenido un gran impacto en el ámbito científico, ya que están contribuyendo a nuevas terapias contra el cáncer y puede inclusive llegar a curar enfermedades hereditarias.

Esto fue posible al estudiar la bacteria Streptococcus pyogenes, donde Charpentier descubrió una molécula llamada tracrRNA, demostrando que el ARNtracr es parte del sistema de defensa inmunológico del organismo. Aquí es donde entra el trabajo de las tijeras genéticas, sistema conocido como CRISPR- Cas, que desarman los virus escindiendo su ADN.

Este trabajo fue publicado el 2011, año en que la científica inició una colaboración con la profesora Dougna, de la Universidad de California Berkeley en Estados Unidos e investigadora en el Howard Hughes Medical Institute, para recrear las tijeras genéticas de la bacteria en un tubo de ensayo. Ya que las tijeras bacterianas en su forma natural reconocen el ADN de los virus.

Sin embargo, las mujeres demostraron que podían reprogramarse para cortar cualquier molécula de ADN en un sitio determinado, lo que permitiría reescribir el código de la vida. Lo que en palabras simples, permite a los científicos “cortar” el ADN exactamente donde quieren y corregir, por ejemplo, alguna mutación genética o rara enfermedad. Y desde el 2012 que su uso se ha disparado y contribuido a muchos descubrimientos en la investigación básica y en medicina.

Ante esto, Charpentier, de la Unidad Max Planck para la Ciencia de los Patógenos, se expresó sorprendida ante la obtención del galardón y destacó que de esta forma espera entregar un mensaje positivo “Especialmente a las jóvenes que desean seguir en el camino de la ciencia… que les muestre que las mujeres científicas también pueden tener un impacto en la investigación que están realizando”.

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