Aunque los primeros indicios fueron encontrados hace un par de años, el máximo apogeo de esta búsqueda comenzó en diciembre del 2018, cuando un grupo de investigadores de la Red Anillo de la Universidad de Chile y del Museo de Historia Natural y Cultural del Desierto de Atacama, unidad dependiente de la Corporación de Cultura y Turismo de Calama, comenzaron un catastro para determinar la presencia de grandes vertebrados marinos fósiles  en el sector denominado “Cerros Bayos”, al sur de la ciudad de Calama, intentando recuperar el máximo registro existente de  reptiles marinos y otras especies que vivieron hace más de 150 millones de años.

Como resultado de estas prospecciones, se logro determinar la presencia de un Pliosaurio, del cual, si bien aún no se puede especificar con qué piezas se cuenta, se logra determinar una aleta y parte del cráneo que ya fueron confirmadas, los investigadores se muestran optimistas en un proceso que debiera culminar con la extracción máxima posible, y su traslado al depósito MUHNCAL para estudio, limpieza, y posterior exhibición. “El aporte de este hallazgo, tanto a nivel científico como para la comunidad es único, ya que cada una de las especies encontradas aporta nueva información para reconstruir el pasado de nuestra comuna y entender cómo evolucionan las especies”, cuenta la especialista en paleontología del Museo Muhncal Jennyfer Rojas.

Y si de reconstrucción se trata, Calama ha adquirido protagonismo en el último tiempo, luego de que se comprobara que lejos de ser una zona desértica como se le conoce hoy en día, antiguamente se encontraba cubierta por mar y, por ende, era el hábitat de una serie de especies asombrosas. Pero aunque estos rasgos cambiaron, producto de la elevación de los andes, permite la aparición de restos de fauna prehistórica que permanecieron ocultas por causa de la erosión, y que hoy convierten a esta en una de las zonas más ricas para la investigación paleontológica en Chile.

Determinada la presencia de la aleta y cráneo de esta significativa especie, que habito los mares del jurasico, y su categorización como correspondiente a un  pliosaurio, por estudios iniciales de carácter taxonómicos, se puede  deducir que podría haber alcanzado hasta 10 metros de longitud, y que dadas sus características de supradeprador, lideraba el esquema de cadena alimenticia.

Dado el valor patrimonial que poseen las piezas encontradas, es que el proceso de extracción implica retirar por completo la frágil roca meteriorizada, y transportarla para poder extraer las osamentas fósiles en laboratorio. Reviste especial atención este hallazgo, por no existir registros de pliosaurios para esta zona, el resultado de este trabajo exhaustivo que se desarrolla por connotados investigadores nacionales y extranjeros, nos indica la existencia de fauna desconocida para el territorio, presentando una vez más a Calama como una de la más importante zona de registro de fauna de vertebrados fósiles de Sudamérica.