El viernes 4 de octubre se anuncia la decisión del gobierno de subir las tarifas del transporte público, el cual proponía un aumento de 30 pesos para los servicios de metro y tren central, la medida también decretaba un alza de 10 pesos para el Transantiago, además se estableció que las tarifas de los pasajes aumentarían a partir de la media noche del domingo 6 de octubre.
El primer día luego que impusieran el aumento de los pasajes, el lunes 7 del mismo mes, comenzaron a registrarse las primeras manifestaciones en la ciudad de Santiago, las cuales iniciaron las y los estudiantes secundarios, principalmente del Instituto Nacional, quienes con avalanchas humanas comenzaron a evadir de forma masiva el pago del metro.
Frente a las críticas y manifestaciones por el alza del pasaje, el gobierno intentó calmar la situación, por lo que el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, salió dando declaraciones de una posible solución en dialogo con CNN Chile, “Alguien que sale más temprano y toma el Metro a las 7:00 de la mañana tiene la posibilidad de una tarifa más baja que la de hoy. Ahí se ha abierto un espacio para que quien madrugue puede ser ayudado a través de una tarifa más baja. Cuando los costos suben, no hay muchas opciones”.
Las palabras del gobierno causaron indignación, logrando que las evasiones incrementaran, el gobierno dio una respuesta inmediata, la cual fue criminalizar a las y los jóvenes, los cuales no dieron su brazo a torcer frente a una situación que consideraban injusta, y los días consecutivos continuaron con manifestaciones, a las cuales se empezaron a sumar progresivamente más estudiantes y diferentes sectores de la población.
Por otra parte, carabineros comenzó a desplegar personal en las distintas estaciones de metro para evitar las protestas, causando graves enfrentamientos entre la fuerza policial contra los y las manifestantes, actos que rápidamente se comenzaron a viralizar a través de redes sociales.
Diversas autoridades alzaron la voz y dieron advertencia a las personas que participaran de las protestas, por su parte la ministra de transporte Gloria Hutt, el 16 de octubre, advirtió a las y los secundarios que quienes participaran en las protestas perderían el beneficio de la Tarjeta Nacional Estudiantil (TNE) y asegurando que las personas que sean identificadas como evasores quedarían ingresados en el Registro Nacional de Evasores.
Para ese mismo día, antes del auge del estallido social, el ex presidente del directorio del metro Clemente Pérez dijo en declaraciones para 24 horas, “Cabros esto no prendió. No son más choros, no se han ganado el apoyo de la población. Ni siquiera en Twitter donde se supone que este tipo de movimientos tiene más apoyo, realmente no tiene tanto apoyo.”
Una frase que quedó en la memoria de muchos, ya que dos días después, las protestas se manifestarían a lo largo del país, ahora no solo en Santiago, dando inicio a la revuelta popular, mejor conocida como Estallido Social.
Por su parte, el presidente Sebastián Piñera, tras el despliegue de las movilizaciones, el histórico 18 de octubre, pocos minutos después de medianoche de ese día, declaró Estado de Emergencia, para recuperar el orden público.
El día 19, en un intento más por detener las manifestaciones, anunció terminar con el alza en el transporte público, “Suspenderemos el alza de los pasajes del Metro, lo que requerirá la rápida aprobación de una ley, hasta que acordemos un sistema que proteja mejor a nuestros compatriotas frente a alzas bruscas e inesperadas del precio del dólar y el petróleo”.
Resolución que llego de manera tardía a lo que estaba sucediendo en el país, transformándose en palabras a las que el pueblo chileno contestó, “¡No son 30 pesos, son 30 años!”.