Martín Larraín, reconoció que bebió “ponche” el día 17 de septiembre a eso de las 19 horas. El accidente ocurrió a las 6 de la madrugada del 18, es decir habrían pasado justo las doce horas necesarias para eliminar el alcohol en el cuerpo. Sin embargo se dio a la fuga, según explicó porque al ver el cuerpo de su víctima “enredado en la cerca” y emitiendo “sonidos guturales” entró en shock.
El hijo del hijo del presidente de RN Carlos Larraín, Martín Larraín Hurtado, confesó ante la fiscalía que consumió alcohol antes de atropellar y dar muerte a Héctor Canales, la fatídica madrugada del pasado 18 de septiembre en un camino de la localidad de Curanipe VII Región.
Así consta en la declaración prestada por el joven a la que tuvo acceso exclusivo The Clinic Online.
Según el joven, la ingesta de copete sólo la hizo a eso de las siete de la tarde del día 17 en las ramadas, tratando de dejar en claro que transcurrieron cerca de 12 horas antes del accidente, por lo que al momento de la colisión, no habría ido borracho.
“Yo no soy muy bebedor y el día del accidente me tomé unos vasos de ponche con durazno, eso fue como a las 19 horas”, le indicó al perseguidor penal Juan Pereira Rubio quien lo interrogó en la Comisaría de Cauquenes a las 00.05 del 20 de septiembre.
Larraín junior, en su declaración, aseguró que luego de golpear a Canales con la parte delantera de su jeep 4×4 Toyota, se bajó a verlo y “al hablarle a esta persona éste emitía sonidos guturales”, mientras “estaba enredado en la cerca”.
“Fue tal el shock que me aterroricé. Nos pusimos (junto a sus dos acompañantes) a llamar ambulancias sin recibir respuestas y me fui del lugar dejando a dos amigos, quienes le prestaron auxilio, hasta el minuto en que abandonaron el lugar”, explicó, indicando que la víctima estaba con zapatos y los pantalones a la altura de los tobillos.
Sin embargo, Larraín Hurtado aseguró que, incluso estando en shock como lo declaró ante el fiscal, “después del accidente, el día 18 , me tomé unos ponches y unas piscolas”, sin mencionar hora ni lugar.