Uno de los rasgos de la acción política del bacheletismo en estas primeras cuatro semanas de gestión ha sido una agresiva e intensa “ofensiva legislativa”. De este modo, y apenas empezado el segundo período de Bachelet, la derecha ha sido arrinconada a posiciones defensivas que oscilan entre la potencial colaboración de RN y Amplitud-Evópoli y la fuerte y en ascenso oposición gremialista. ¿De define y caracteriza esa ofensiva legislativa?
La acción legislativa del bacheletismo se expresa, en consecuencia, en los proyectos ingresados, en los proyectos retirados, en los proyectos votados y debatidos y en el uso de las urgencias como táctica legislativas.
1. Proyectos ingresados. Durante estas primeras cuatro semanas de trabajo legislativo a la cámara de diputados ingresaron catorce proyectos de ley: 5 mensajes y 9 mociones; y al senado, nueve proyectos: 2 mensajes –enviados por Piñera- y 7 mociones.
En consecuencia, Bachelet ha enviado cinco proyectos de ley: “aporte permanente” y restitución del bono de invierno, protección de los “derechos de los trabajadores de las empresas de aseo”, ministerio de la mujer, “aumento de bonificación” para trabajadores del Registro Civil y Reforma Tributaria. De ellos, dos ingresan con “discusión inmediata” y ya están aprobados; uno, tiene “urgencia suma” –reforma tributaria- y dos no tienen urgencia.
La ofensiva legislativa, por tanto, en la cámara baja culmina con la reposición por medio de la “suma urgencia” del proyecto del voto de los chilenos en el exterior.
Esta ofensiva, también se manifiesta en el senado. Si bien, el bacheletismo no ingresa proyectos nuevos, su estrategia se concentra en el retiro de proyectos y en el uso de las “urgencias”. La táctica legislativa de las urgencias se observan a nivel senatorial cuando califica con “suma urgencia” tres proyectos: AVP, identidad de género e “impuestos y exenciones en las actuaciones del registro civil”. A su vez, reflota dos proyectos asociados a seguridad ciudadana por medio de la urgencia simple: control de armas y seguridad privada. En la misma dirección y a nivel de los diputados, el ejecutivo le pone urgencia simple al proyecto que “suprime feriado judicial para tribunales” y suma urgencia para el proyecto que “mejora al personal del servicio médico legal”.
2. Retiro de proyectos. Retirar y modificar proyecto ha sido otra táctica del bacheletismo en estas primeras semanas de política legislativa. Frente a esta posibilidad la derecha encendió las alarmas y se sintió menoscabada: ruidos de aplanadora y retroexcavadora se escucharon nuevamente.
El 17 de marzo –a una semana del cambio de mando-, surge la primera señal de lo que venía en el plano legislativo. Rincón, por tanto, anuncia el retiro de la “ley Monsanto” que había ingresado al congreso con la primera Bachelet. La decisión se materializa el día siguiente cuando por acuerdo de los comités y en el marco de lo acordado con La Moneda se retira de la tabla el proyecto. En sentido estricto, el proyecto no podía ser retirado debido a que ya fue votado por los diputados en el 2010. A la fecha, se habla y especula que será en torno a 11 los proyectos que caerían en esta categoría.
El 21 de marzo para debatir la agenda legislativa hay una reunión entre Rincón y parlamentarios de oposición. Una de las asistentes al encuentro –la diputada Nogueira- afirmó que la ministra les aseguro que “no hay ningún proyecto que se haya retirado del congreso”. Sin embargo, a esas alturas era un secreto a voces que el ejecutivo retiraría o haría cambios a algunos proyectos de la administración Piñera.
El 21 y el 22 se anuncian retiro de proyectos. El ministro de Energía anunciaba el retiro del proyecto de gobierno corporativo ENAP y la ministra de Salud anuncia el retiro del proyecto de libre elección de Fonasa para el tramo A –sectores más vulnerables-.
La bomba estallo el 24 del mismo mes cuando el vocero Elizalde anuncia el retiro de tres proyectos emblemáticos de la gestión Piñera en materia educacional: financiamiento, Super Intendencia y Agencia Nacional de Acreditación. En el acto, surgen voces para que se retire el proyecto de carrera docente.
Curiosamente, todo esto coincide con la tesis de la “retroexcavadora” que se instala esa misma semana a propósito de las palabras del senador Quintana.
El 31 de marzo, Hernán Larraín entrega un documento a Rincón en el que se detalla que del total de los proyectos ingresados durante la gestión Piñera, hay 80 que están en trámite y con discusión en comisiones; y que, hay 29 proyectos que no han tenido ningún tipo de votación. La derecha esta golpeado, herida y preocupada. Se sienten amenazados.
Lo relevante, es que a la fecha no se habían oficializado los anuncios de retiro de proyectos. No obstante, el primero de abril llega un “mensaje” al senado en el que informa que el gobierno ha decidido “retirar del Congreso Nacional el proyecto de ley que incorpora modificaciones en materia de gobierno corporativo a la ley que crea la Empresa Nacional de Minería”. Dos días después –el 3 de abril- un oficio del ejecutivo anuncia a la cámara de diputados que ha decidido retirar el proyecto de ley que crea el Ministerio de Agricultura y Alimentación.
3. Proyectos debatido y votado en sala. Los diputados en sala debatieron siete proyectos y dos informes. Los proyectos son: bono marzo, centro de acopio –sector pesquero-, ampliación viviendas sociales, protección trabajadores de la basura, alzamiento de hipotecas, violencia en los estadios y voto de los chilenos en el exterior. La mayor atención, no obstante, se concentra en tres proyectos –aporte permanente, recolectores de basura y voto de los chilenos en el exterior-. Dos, ya están votados y aprobados.
En el senado, de los 11 proyectos debatidos y votados hay cuatro que concentran la atención de la corporación: bono marzo permanente, recolectores de basura, “venta y publicidad de alcohol” y “control preventivo de identidad”. De ellos; los dos primeros están aprobados, uno ha sido rechazado –“detención por sospecha”- y el otro –venta de alcohol- vuelve a la comisión para un segundo informe.
¿Aplanadora, retroexcavadora o correlación electoral de fuerzas?
En los hechos, el ejecutivo ingreso a trámite 5 proyectos de ley. De ellos, dos están aprobados por amplia y transversal mayoría –bono marzo y recolectores de basura-; uno, la reforma tributaria, que va ser aprobado “pronto”; y dos están sin urgencia que de todos modos se van aprobar. Junto a estos proyectos el bacheletismo ha activado varios proyectos por medio de las urgencias. Entre los más emblemáticos se encuentran el AVP, la igualdad de género y el voto de los chilenos en el exterior; los tres, reincorporados con “suma urgencia”. Y, finalmente, encontramos el retiro de proyectos ya sea en forma de anuncio –educación, salud- y los que a la fecha se han materializado: “ley Monsanto”, gobierno corporativo de ENAMI y el ministerio de agricultura y alimentación.
Se observa, finalmente, que la ofensiva legislativa del ejecutivo tiene tres ejes estratégicos; el primero, busca imprimir el sello social y de género al trabajo parlamentario; el segundo, busca neutralizar las presiones ciudadanas y desactivar conflictos sociales; y el tercero, dar cuenta de que el ejecutivo maneja la agenda legislativa en función de sus prioridades programáticas y necesidades políticas.
La derecha, en consecuencia, ha sido arrinconada a posiciones defensivas que le impiden jugar el rol opositor que asumieron en los gobiernos de la Concertación. La derecha ha perdido poder de veto y desde la Nueva Mayoría y el bacheletismo se lo han hecho sentir. Y en ese escenario, no están en condiciones de defender el modelo que diseñaron con Pinochet; por lo menos, desde el campo institucional. La derecha sigue herida y en busca de su adaptación al nuevo ciclo social y político. Y mientras tanto, sus miedos se manifiestan en el plano del lenguaje connotado.