Con una labor reconocida como Director de Sercotec de la región de Antofagasta durante el Gobierno de Sebastián Piñera, Sacha Razmilic va hoy por un nuevo desafío: Ser alcalde de Antofagasta, buscando ser la carta única de su sector político.
Conversamos con el Ingeniero Comercial militante de Evópoli respecto a su visión sobre Antofagasta y las motivaciones para dirigir el municipio, actualmente encabezado por Jonathan Velásquez, quien a su juicio es uno de los peores ediles que ha tenido la ciudad y destaca que en la empresa privada hubiera sido despedido hace mucho tiempo.
¿Qué lo motivó a postularse como candidato a alcalde de Antofagasta?
Llevo tres años observando la gestión de Jonathan Velásquez y me parte el alma ver cómo la ciudad se deteriora y retrocede. Las fallas en la gestión del alcalde son muchas y hasta podríamos hacer una lista. Hace poco lo sancionaron con un 40% de su sueldo por no cumplir con la Ley de Transparencia, no hubo un festival para el aniversario de Antofagasta… o sea, algo que pasa todos los años y en la misma fecha y ¿no hubo capacidad para celebrar el cumpleaños de la ciudad? Aparte, el show de drones dejó a todo el mundo decepcionado Casi se le van a paro los trabajadores de la basura, los camiones de recolección se caen a pedazos, el edificio del Balneario Municipal está abandonado y la playa sin baños públicos, los parques De los Eventos, Pablo Neruda, Vivero Municipal, Juan López, canchas de Los Pinares y otros, abandonados. El balneario El Trocadero pasó todo el verano sin baños públicos, playa La Chimba está llena de basura y con todo el parque seco. Para qué hablar del centro histórico. Sucio, tomado por ambulantes y peligroso, la verdad es que me saco el sombrero por el comercio que sigue dando la pelea por el centro. La lista es súper larga y solamente muestran que el alcalde ha hecho un muy mal trabajo. Si la municipalidad fuese una empresa, lo habrían despedido hace rato.
Por todo lo anterior, en mi caso, lo que me motiva es sacar a Antofagasta adelante. Darle una alternativa a las personas que perdieron la esperanza y dejaron de creer en nuestra ciudad y su gente. Las cosas se pueden hacer mucho mejor, si ponemos a las personas adecuadas en los cargos adecuados. Yo me presento y me pongo a disposición de los antofagastinos que aman a su ciudad y que quieren cambiar a Jonathan Velásquez.
¿Podrías calificar de 1 a 7 a la actual administración municipal de Antofagasta?
- O sea, entre un 1 y 2. Perdón por ser tan drástico, pero en realidad no da para más.
¿Qué cree que ha sido lo mejor y lo peor de la actual administración municipal de Antofagasta encabezada por Jonathan Velásquez?
Yo le reconozco la ordenanza que prohíbe escuchar música con parlantes en la playa. Incluso lo publiqué en mis redes sociales porque fue una buena medida. Pero en el fondo, la larga lista de malas gestiones se resume en que no tiene las capacidades para desempeñar el cargo. O sea, llevar un municipio con una organización de más de 6.000 trabajadores requiere preparación, experiencia profesional y equipos de trabajo competentes. Le quedó grande el poncho, en resumen.
Además, se ha peleado con todo el mundo. Se ha llevado mal con los concejales, con los funcionarios, no ha llevado para nada bien la relación con los estamentos de Estado, con la Delegación Presidencial, Gobierno Regional, con las Seremías, etc.
Visión de mejoras para Antofagasta
En cuanto a su visión para la ciudad, Razmilic ve a Antofagasta como una urbe con un gran potencial de desarrollo, destacando la importancia de que la municipalidad actúe como facilitadora y no como un obstáculo para el progreso. Plantea una Antofagasta transformada en un centro de oportunidades, no solo para sus ciudadanos sino como un atractivo para personas de todo el país.
Desde la vereda de una buena gestión, ¿Cómo se imagina Antofagasta en 10 años y cuál es su visión para lograrlo?
- La gente está aburrida de los políticos, pero necesitan que la municipalidad, que es un estamento público y donde se hace política, funcione bien. Al final esta no es una cuestión de ideologías, no es una cuestión de pensamientos políticos, es una cuestión de hacer funcionar una gran organización. Para eso necesitas que el músculo municipal se active y para eso, liderar a los funcionarios es fundamental. Tengo profundo respeto por los equipos de la municipalidad.
Esto funciona como una orquesta. El alcalde es el director de orquesta y cada uno tiene que tocar su propio instrumento. Cuando se hace bien, el resultado es una sinfonía, y esa sinfonía es una ciudad limpia, segura y ordenada, que da oportunidades y calidad de vida a todos. Antofagasta tiene muchísimo futuro, pero tenemos que hacer que la Municipalidad vaya a la par y no sea un freno para el desarrollo de la ciudad, sino que sea un facilitador. Su función va mucho más allá de entregar permisos para instalar una feria o hacer eventos. Es estar pendiente también de la disposición de suelo para parques industriales y que se generen buenos trabajos. Que se construya mucho, dentro de las normas por cierto, pero que hay pega en la construcción, en el comercio, en el turismo, gastronomía, etc.
- Antofagasta puede ser una ciudad maravillosa, donde la gente haga fila para venir a vivir acá y no solo trabajar, juntar plata e irse. Que los chicos quieran estudiar en nuestras universidades, que luego se queden trabajando y críen a sus hijos acá. Duele escuchar a tanta gente que proyecta su vejez en otras partes y no en Antofagasta. Por cierto que tenemos que trabajar mucho por revertir esa situación y va a tomar tiempo, pero lo podemos lograr.
¿Cuáles serían sus prioridades durante su periodo como alcalde en caso de ganar estas elecciones?
- Ningún plan de desarrollo es posible si no hay seguridad para las personas, en las calles o en sus casas. La prioridad número uno es aumentar la seguridad en la ciudad. Antofagasta hoy no tiene, en la práctica, un servicio de seguridad ciudadana municipal. Tenemos 10 funcionarios que trabajan ¡en horario de oficina! siendo que hay municipios con la misma plata que nosotros y que tienen equipos de seguridad ciudadana 24/7, con 100 o 150 motoristas, cámaras, centrales de vigilancia y que colaboran con el trabajo de Carabineros. En la ciudad se roban más de 1.500 vehículos al año, vehículos que se los llevan por nuestras calles y salen por nuestras carreteras y no hay nadie vigilando. Nos encontramos con rucos, microbasurales, fiestas clandestinas en las playas, consumo de drogas en espacios públicos y no pasa nada, porque las policías no dan abasto. Para eso, las municipalidades pueden ayudar y lo hacen en muchas partes de Chile. Hay que dibujarlo, calcular su costo, hacerle espacio en el presupuesto municipal vía mejor gasto y nuevos ingresos, hacer en plan de acción y echarlo a andar. No hay excusas.
- Segundo, voy a hacer una reingeniería completa en el sistema de recolección de sus residuos. Somos la ciudad que más basura produce por persona y, a su vez, la que menos recicla. Tenemos contratos caros de retiro de basura, pero la ciudad sigue estando sucia, proliferan los microbasurales y tenemos quemas todos los días en los alrededores del ex vertedero de La Chimba, afectando la vida de miles de familias. Junto con estos cambios, va a ser necesario un salto drástico en la capacidad de fiscalización y sanción de la municipalidad, para hacer cambiar de conducta a los que ensucian. No puede ser que unos limpien para que otros ensucien. La ciudad las vamos a limpiar entre todos, por las buenas y por las malas.
- Por último, en términos de mis prioridades, me interesa que la educación que es impartida por la municipalidad mejore drásticamente. Pero, en especial, me interesa aumentar fuertemente los cupos en las salas cuna y jardines infantiles, para que esos chicos no entren a la vida en desventaja por no haber tenido estimulación temprana, así como para que sus madres, muchas de ellas jefas de hogar, puedan trabajar y desarrollarse. Sea en colaboración con la Junji e Integra, o directamente con recursos propios o que podamos levantar en el sector privado, necesitamos aumentar los cupos en educación inicial y la municipalidad, bajo mi administración, lo va a hacer.
Como ciudadano, como conocedor de la evolución de nuestra ciudad y ahora como candidato a la jefatura comunal, ¿Qué mensaje le entregaría hoy a los antofagastinos?
- Mi mensaje es de esperanza. Las cosas pueden no verse bien hoy en día, pero las podemos cambiar. La gracia de la democracia es que puedes cambiar de rumbo, eligiendo a alguien diferente en las siguientes elecciones. Acá se trata de que nos pongamos a trabajar, en forma colaborativa, da lo mismo si pensamos parecido o pensamos distinto, para que saquemos a nuestra querida ciudad del estado penoso en que se encuentra y la llevemos donde merece estar. Se puede.