Chile cumple con un Ministerio de la Mujer y Equidad de Género. El Congreso acaba de aprobar un anhelo que nació de los movimientos de mujeres en la década de los 80 y que hoy, con una nación más informada y empoderada de sus derechos, obligaciones y deberes, se hace acreedora de la tremenda oportunidad de avanzar a paso firme por erradicar las discriminaciones arbitrarias por razones de género.
Este Ministerio estará compuesto por un Consejo Asesor Ministerial, por un Comité Interministerial para la Igualdad de Derechos y la Equidad de Género, tendrá a disposición un Fondo para la Equidad de Género, una Subsecretaría y a nivel regional las distintas Seremis trabajarán en base a una Agenda Regional de Igualdad de Derechos y Equidad de Género, entre otras atribuciones. Por cierto, el Sernam actual no desaparecerá.
En el fondo, este organismo es una manifestación estratégica contundente de nuestra Presidenta de la República a transformar este país en un territorio de avanzada en el concierto internacional porque, claro, es necesario atender las demandas más tangibles como tender caminos de calidad o una salud oportuna; sin embargo y paralelo a ello es necesario que el desarrollo se dé en ámbitos culturales, valóricos, de respeto e inclusión, en la educación y por supuesto en llegar al día en que las mujeres nazcan en un ambiente en donde tendrán la certeza que podrán ocupar los espacios públicos como lo hace todo hombre.
Es por ello que con el rango de Ministerio habrán más recursos humanos y financieros, y un aceleramiento en el modo de proceder ante las demandas de la diversidad de mujeres que viven en nuestro territorio: estudiantes, extranjeras, indígenas, trabajadoras de casa particular y liderezas, entre otras que se dedican cada día a forjarse como personas conscientes de sus derechos y de la mano de un Gobierno cuya mirada a largo plazo ya se hace sentir.
