Es un hecho histórico la llegada de la derecha al poder comunal de Calama vía democracia. La vez anterior había sido en su versión golpista y con alcaldes designados por la dictadura de Pinochet. La tradición más bien oscilaba como centro izquierda, hasta ahora. No me voy a centrar en las cifras que ya latamente han sido analizadas, más bien buscaré dar una opinión de carácter cualitativo.
Los resultados en términos generales manifiestan un derrumbe de la política algo más “líquida” como expresión de respuesta a las necesidades más concretas del ciudadano y la pérdida del contenido de las categorías izquierda v/s derecha. Estos argumentos son más bien de carácter académico, no quitan el lado más árido y sempiterno de la actividad pública, su aspecto electoral. Aquí la situación se vuelve más cruda. Si entendemos que una de las principales características respecto de la política es la negociación, las fuerzas democráticas más tradicionales no pudieron o no quisieron ponerse de acuerdo con los sectores progresistas.
¿Quiénes fueron esos actores que trancaron la pelota? A nivel regional, el primero que debió haber colocado la ponderación, el equilibrio, sería su máximo representante político, senador Alejandro Guillier y candidato presidencial, cosa que no ocurrió, por el contrario, se mostró muy entusiasmado apoyando a la candidata de su sector (PR). Lo mismo sucedió con el diputado Marco Espinosa (PR), si hasta lo pudimos ver en ferias y fuera del estadio entregando propaganda, ensuciándose los zapatos. Tenía claro que se jugaba la posibilidad de un cuarto periodo si su candidata ganaba, es decir, 16 años en el poder legislativo. Nunca fueron factor de unidad, por el contrario, profundizaron las diferencias y denostaron la gestión del alcalde Velásquez. Reglón seguido, se vino la campaña sucia. El gobernador Claudio Lagos (PR) desatado haciendo campaña y olvidándose de la seguridad pública.
Groseramente se utilizaron algunas páginas en las redes sociales que supuestamente prestan servicios de utilidad comercial, encargadas de hacer pasar un chisme por noticia campeando el insulto, el comentario xenófobo, racista y lleno de odio, más una radio. De tarde en tarde “El Merculo” nos “regalaba” unos tendenciosos titulares.
Ya sabemos que intoxicar la información es una nueva forma de dar “golpes”.
Entonces, senador, diputado, gobierno regional, gobierno provincial más Aguas Antofagasta, quien se dedicó a romper cuanta calle encontró demorando los proyectos en ejecución, justo en estos meses de elección, crearon la tormenta perfecta plasmada en un diseño político obtuso que no consideró mantener lo consolidado por los actuales ediles, por el contrario, se pasaron por el trasero el bien común y la historia política de nuestra comuna.
Por eso, cuando irónicamente utilizo la estrofa de la parodia humorística de “las iluminadas”, estoy pensando en que los honorables se hagan cargo de un alcalde de derecha, conservador, cristiano evangélico pentecostal, estudiante eterno de derecho en la Universidad Arturo Prat ya que cuenta con 39 años. En todas partes mintió diciendo que era abogado, en declaraciones para el propio Mercurio, en su twitter, en los datos del SERVEL. Tampoco aparece en el registro de abogados de la Corte Suprema. Si alguien parte mintiendo para ocupar el sillón municipal, parte muy mal.
Su baja representatividad condiciona a un menor tiempo de espera las promesas electorales y la solución de conflictos propios de toda ciudad. Este es el escenario que irresponsablemente no visualizaron quienes antepusieron sus intereses personales y partidarios. En definitiva, nos regalaron un verdadero Halloween, olvidando que no sólo elegíamos alcaldes, también un proyecto político que empoderaba a la región más rica del país.
Recuperar el mapa político democrático progresista fundado en un nuevo pacto regional es el siguiente desafío ad portas de una nueva elección. La región de Antofagasta bien vale una misa.
Hernán Velásquez Nuñez