La crisis del agua en Antofagasta ha dejado en claro la vulnerabilidad que sufre una ciudad emplazada en el desierto más árido del mundo frente a un elemento crítico y esencial: El agua.
La rotura de un cable eléctrico de la planta desaladora que abastece a la mayor parte de la comuna, dejó a gran parte de la ciudad sin suministro del vital elemento por varios días, exponiendo la falta de preparación de Aguas Antofagasta S.A. para hacer frente a emergencias de esta magnitud.
Esta situación reavivó el debate sobre la conveniencia de delegar a privados servicios tan críticos para la comunidad. Las concesiones pueden disminuir la carga del estado y reducir la burocracia, pero ¿qué pasa si la empresa concesionaria no es capaz de responder? Queda de manifiesto que la población queda a merced de la voluntad y capacidad de una empresa para responder a situaciones de emergencia.
En este caso, el suministro de agua potable es un recurso vital, y la falta de un plan de contingencia efectivo, dejó a miles de personas viviendo una situación crítica.
Una multa a la empresa no resuelve el problema inmediato de los vecinos, que necesitan certezas respecto al acceso al agua para bañarse, cocinar o beber. Esta crisis plantea la posibilidad de considerar medidas más drásticas, como la revocación de la concesión de la empresa si no puede garantizar que una situación como esta no vuelva a ocurrir nunca más.
Los vecinos de Antofagasta pagan altos precios e incluso tarifas de sobreconsumo por el agua y merecen más que simples sanciones o que algunos se limiten a endosar la culpa al operador de una retroexcavadora, sin asumir lo importante: La inexistencia de un plan de contingencia por parte de la empresa sanitaria o la poca eficacia del mismo en caso de cualquier fallo catastrófico en la planta.
No había un plan B para mantener la operatividad de la desaladora y garantizar un eficiente abastecimiento alternativo de agua a la población. O si ese Plan B existía, se vio claramente sobrepasado.
Por otro lado, la respuesta de las autoridades frente a esta emergencia ya es objeto de análisis e investigaciones.
A modo de ejemplo, el alcalde de la comuna dio varias entrevistas en matinales con alarmantes declaraciones, pero más allá del personaje útil para la televisión, en lo que compete estrictamente a sus funciones, como autoridad no convocó a las demás autoridades a un COGRID comunal, por lo que fue relevado y la responsabilidad fue asumida por la Delegación Presidencial, según informaron otras autoridades. ¿De qué magnitud fue el daño causado a los habitantes de la ciudad por los retrasos, ausencias y omisiones de la autoridad comunal en la resolución de la emergencia? Es una respuesta que deberán dar los organismos correspondientes.
Por otro lado, la empresa y autoridades debían proporcionar información precisa y oportuna a la comunidad sobre la ubicación y los horarios de estos puntos de entrega de agua, además de certezas respecto a la fecha de reposición del servicio, evitando propagar el miedo y la desinformación.
Una lección importante de esta lamentable crisis, es que la tarea de las autoridades no debe limitarse a figurar en matinales, discutir o politizar la situación. Su tarea más urgente durante una emergencia como esta es hacer su trabajo, ejercer sus atribuciones, realizar gestiones para la rápida reposición del servicio y movilizar los recursos a disposición para trabajar desde el terreno, garantizando soluciones a la comunidad durante la emergencia.
En lugar de las discusiones pequeñas, es vital analizar el tema de fondo: Investigar y sancionar responsabilidades tanto en la empresa involucrada como en las eventuales negligencias de autoridades con la obligación legal de dar respuestas frente a esta emergencia; además de pensar medidas a largo plazo para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro.
¿Debería seguir un servicio tan crítico como la distribución de agua potable en manos de una empresa que la propia superintendencia de servicios sanitarios calificó de inoperante? ¿Qué otras medidas se pueden adoptar para garantizar la continuidad de un servicio concesionado en situaciones de emergencia?
Se trata de preguntas más que pertinentes en una ciudad donde no solo la distribución de los servicios básicos está concesionada, sino también otros servicios críticos, como son el mantenimiento del equipamiento del hospital regional, las áreas verdes, limpieza de calles o la recolección de basura domiciliaria, autopistas, por nombrar algunos. Una palabra es clave en este caso: Prever.