Simplemente está en todo. Naturalmente en forma orgánica en los alimentos que provienen del mar y vegetales; pero además en forma inorgánica en el agua, el aire y el suelo. Actualmente está en los residuos de la actividad minera que se producen luego del proceso de sulfatación del cobre.
Existe consenso de que el arsénico presente en el agua potable es un problema grave que puede estar afectando a la región de Atofagasta. Las concentraciones de este elemento alcanzaban 0,09 a 0,86 partículas por millón, en algunos pueblos del interior de nuestra región en la década de los 50, lo que motivó a que se crearan plantas que filtraran el agua potable para tratar de reducir la concentración de arsénico y de otras impurezas que contenía el agua potable. De modo que los índices se lograron reducir a 0,12 PPM en 1984; nuestro país instaura una norma que regula la concentración de arsénico en el agua y considera que lo aceptable es 0,05 PPM.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fija que lo aceptable es solamente de 0,01PPM; cuya cifra en nuestra región es prácticamente imposible de lograr.
Al enfrentarse a índices excesivamente altos de arsénicos, la preocupación principal es la salud. A raíz de los cánceres asociados a la exposición, la comunidad médica de Universidad de Antofagasta realizó estudios en el norte grande, tomando como base los registros y mediciones históricas que poseían las regiones que comprendían esta zona, lo que vislumbró que entre los años 1950 y 1996, las 335 comunas del país fueron expuestas directa o indirectamente al arsénico, lo cual como resultado arrojó numerosas muertes por cáncer al pulmón, riñones, hígado, vejiga y piel; los resultados de las mediciones hechas en el aire no fueron mejores, ya que Antofagasta es la ciudad mas contaminada por arsénico de todo el país, registrando una cifra de 0,057 ug/ m3.
Según manifiesta Luis Alberto Loyola, Rector de la Universidad de Antofagasta: “el problema del agua con altas concentraciones de arsénico, no solamente es propio de nuestra zona ya que en países como Argentina, México, USA, India y Taiwán; aproximadamente 350 mil personas consumen agua con una concentración de arsénico que supera las 0,50 PPM, pero específicamente en nuestra región, la concentración de arsénico geológico superaba las 0,80 partes por millón, cifras que se contraponen a otras zonas de nuestro país, tal es el caso de Santiago que registra 0,00 PPM.”
Las diferencias antes mencionadas encendieron la luz de alerta en el gobierno haciendo por la década de los 70, la empresa sanitaria se preocupó de descender los niveles hasta llegar en el año 2002 en la ciudad de Calama, a cumplir la norma de la OMS y en el 2003 se logró en Antofagasta.
Actualmente la empresa privada Aguas Antofagasta, tiene la labor de mantener bajos los niveles de arsénico y lograr que lleguen a índices que sean aceptados por las normas internacionales, aunque su labor se ha visto seriamente cuestionada por ambientalistas y expertos, preocupados por el daño que ocasiona el arsénico.
Catterina Ferreccio Readi, miembro del Departamento de Salud Pública de la Pontificia Universidad Católica de Chile, señala que se han realizado estudios de comparación de características biológicas y clínicas de los tumores cutáneos que son asociados a la exposición de arsénico, y se pudo determinar que estos no aparecían en zonas foto – expuestas.
Entre los años 1998 y 2002, 40 hombres y 15 mujeres fueron víctimas del cáncer espino celular, (neoplastia de las células queratinizantes que pueden mostrar características malignas); y 120 mujeres y 100 hombres fueron víctimas de epiteliomas basocelulares, (tumores malignos originados en la epidermis), solamente en la región de Antofagasta. Otros tipos de tumores en nuestra región, han cobrado como victimas a 7 mujeres y a 11 hombres enfermos.
En el caso de la diabetes, el doctor Claudio Ramos Ormeño del Departamento de Ciencias Médicas de la Universidad de Antofagasta emite que las investigaciones demuestran que la relación de la enfermedad con el químico no es tan alarmante como en el caso de otras patologías, como es el caso del estudio “relation between exposure to arsenic, skin lesions and glucosuria”, el que demuestra que el arsénico genera más daño en enfermos diabéticos con laceraciones en la piel que estén en contacto con el arsénico ambiental, tienen más riesgo de generar diversas complicaciones que aquellos diabéticos que no tienen ninguna lesión.
Pero el arsénico no solamente produce enfermedades internas, sino que también provoca un efecto nocivo en la piel, que trae como consecuencia la aparición de lesiones dermatológicas, las cuales están directamente relacionadas con el consumo de agua; las manifestaciones en la piel varían de persona a persona y también depende de cuánto tiempo hayan sido expuestos al arsénico, si han sido expuestos a una cantidad superior a 10 microgramos por litro, pueden generar algunos trastornos cutáneos.
La proporción de personas enfermas producto del arsénico en la ciudad de Antofagasta, tiene un tiempo variable, el cual consta en que a los cinco años ya es visible una hiperpigmentación de la piel, a los 14 años se hace visible una hiperqueratosis y ya desde los 24 años de exposición, el síntoma mas claro es el cáncer en cualquiera de sus presentaciones.