Ricardo Guzmán es un agente de la CNI, tirado para el lado de Avanzada Nacional, que acaba de ser premiado por Álvaro Corbalán, líder de la agencia. Por eso es que a finales de 1987 lo congelan en un envase de helado que abrirán recién en 2011 unos universitarios a falta faltaba de hielo para un carrete. “Detendrás al cáncer marxista”, le dijo Álvaro antes de eso.

Así comienza la serie de tres capítulos Proyecto CNI, que estrenaron este domingo un grupo de amigos (sonidistas, periodistas y estudiantes de Antofagasta y Calama) que conforman Canal 12 Piruja TV, un canal de Youtube que lleva más de ocho años funcionando.

El director del proyecto Ignacio Araya (24) cuenta que la serie es un proyecto auto gestionado que “abarca dos periodos importantes de la historia como el fin de la dictadura y las protestas de 2011, pero al final todo es una excusa para hacer el contraste en una sociedad que se siente orgullosa de exhibir sus músculos y autos por redes sociales, una sociedad tan vacía como por la que luchaban estos agentes de seguridad al defender la “seguridad” de Pinochet y, a la larga, de su modelo. Al final, ellos son los que ganaron”.

En el transcurso de la historia, Ricardo también conocerá a un universitario adicto a las proteínas en tarro, quien lo guiará para comprender el presente donde nota que sus antiguos enemigos están casi en el mismo sector que él y ya no tiene nada que hacer.

En ese viaje el CNI encontrará pega de actor en una serie llamada El Pescador Marxista. Ahí reflotarán sus ideales y pondrá todos sus esfuerzos en convencer al director para que cambie el guión y al final vendan un sindicato a una local de empanadas”, explicó Araya.

¿Por qué hacen esto? “En el fondo lo hacemos para divertirnos entre nosotros, no tenemos tantos anhelos de ser populares en internet como youtubers. Nos reímos de gente que configura su personalidad consumiendo un producto para tener músculos y sacarse fotos para que otros lo vean en sus celulares”, especificó.

Sebastián Vega (19), estudiante de Inacap Calama, representa al personaje de los tarros de proteínas y contó que “los tarros ya consumieron la vida del personaje al punto que se compra un tarro gigante por internet y su familia no quiere que siga consumiendo y tiene que andar encerrándose en la pieza, porque no comprenden que ese es su don”.

Durante el rodaje Sebastián viajaba constantemente a Antofagasta, porque sus papás no le daban permiso para dormir lejos de Calama, ya que aún iba al liceo. Así que fue un gran sacrificio para él grabar esta serie que contó con un elenco de unas 15 personas, de la que destaca el guión diciendo que “es bien especial en general”.

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