Reafirmando su compromiso con la comunidad, a través de la docencia, investigación, extensión y vocación social, la Universidad Católica del Norte (UCN) celebró su 60° aniversario.
Al cumplir el plantel seis décadas de labor, el rector Jorge Tabilo Álvarez resaltó los principales aspectos y desafíos que guían el accionar institucional, y que han hecho de la UCN un referente cada vez más reconocido a nivel regional y nacional.
En su intervención resaltó que la entidad ha alcanzado un grado de complejización que la ubica entre las principales instituciones de educación superior del país y, a futuro está llamada a consolidar su posicionamiento en Chile y a proyectarse más allá, manteniéndose fiel a su esencia, con un sello de excelencia y una marcada vocación pública en su accionar.
La autoridad recordó que en abril se entregó a la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) el Informe de Autoevaluación Institucional. “Este valioso trabajo nos permitió visualizar y corroborar que el esfuerzo de todos y el camino recorrido han entregado valiosos frutos, resultados cuyos indicadores de las distintas áreas a evaluar, nos ubican en lugares privilegiados dentro del grupo de universidades con 6 o más años de acreditación”.
Entre los principales resultados que muestra el informe mencionó los avances en Gestión Institucional, docencia de pregrado, docencia de postgrado, investigación y vinculación con el medio.
Otro aspecto planteado por el rector estuvo referido a los cambios y el posicionamiento de la universidad en el contexto nacional. Sostuvo que la impronta de la UCN es parte de la historia de la educación superior chilena, sistema que hoy está en un momento de evidentes cambios, que apunta a que la organización actual se amplíe y donde la institución busca que se consolide la aspiración de todos en cuanto a que el desarrollo y el nivel de calidad se distribuyan equitativamente a lo largo del territorio.
“Se entiende la necesidad de la reforma, pero el tema fundamental es la manera como se debería plantear. Por un lado, recogiendo el desarrollo actual del sistema, reforzando el nivel alcanzado y estableciendo mecanismos de regulación y auto regulación que permitan mantener un sistema que se vaya adaptando al entorno y que apoye el desarrollo del país”, enfatizó.
Complementó esto, agregando que el sistema nacional de educación superior debe estar integrado por instituciones públicas, estatales y no estales reconocidas por ley, pero también por aquellas instituciones privadas que cuenten con normas claras de funcionamiento y que bajo ningún aspecto tengan fines de lucro.
“Creemos que el énfasis debe ser potenciar lo público, entendido ello por lo que se refleja en nuestra misión institucional: el compromiso con el territorio, con focalización territorial y no con sentido expansionista, y con un fuerte afán de apoyo para resolver los grandes problemas nacionales. Lo público se debe a la inclusión y movilidad social, a fin de crear una sociedad más justa, educada y solidaria”, sostuvo la autoridad.
RECONOCIMIENTOS
Como es tradicional, la UCN entregó reconocimientos a los académicos, investigadores, funcionarios, estudiantes e instituciones que se distinguen por su labor y apoyo al quehacer de la universidad.
En la oportunidad, el rector Tabilo hizo entrega de un reconocimiento al Superior de la Compañía de Jesús en Antofagasta, Padre Rodrigo Poblete, S.J. por el apoyo en la creación de la institución.Asimismo, la universidad reconoció el aporte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso por creer y apoyar este proyecto desde el principio, en la persona de su vicerrector de Investigación, Arturo Chicano.
MISA
En el marco de su 60° Aniversario, la UCN celebró su tradicional Misa de Acción de Gracias, oportunidad en que el Gran Canciller de la universidad y Arzobispo de Antofagasta, Monseñor Pablo Lizama Riquelme, enfatizó la importancia de esta significativa fecha.
En su homilía, señaló que “60 años es un tiempo considerable para cualquier persona o institución;ypasó el tiempo en que una universidad debe ser casi familiar, como recuerdan muchos los inicios de esta institución, con una matrícula de un centenar de alumnos y padres jesuitas en los pasillos”.
Agregó que “es Jesús el que puede poner alma y espíritu a todo quehacer humano y en nuestra misión para ser hombres y mujeres de verdad. A él le pido que nunca nadie pase desapercibido por nuestra universidad, sino que todos tengamos una oportunidad, y que nos alegremos por el éxito de otros”, enfatizó.