Antofagasta, la Perla del Norte, la región de los atardeceres hermosos, la región de la gran minería, tiene personas muy importante para nuestro país y el mundo, es por ello que como Diario de Antofagasta, queremos destacar a aquellas mujeres, hombres, jóvenes, profesionales, trabajadores, que día a día, aportan desde su tribuna a construir un lugar mejor.
En esta oportunidad, y aprovechando que este 02 de febrero conmemoramos un nuevo Día Mundial de Los Humedales, conversamos con Carmen Serrano, activista dedicada al cuidado, protección y conservación del medioambiente.
“La mayor parte de mi tiempo libre lo dedico al tema medioambiental”
Carmen Serrano Araya, tiene 36 años, es madre de dos niños (7 y 14 años), es Técnico Social de profesión, actualmente trabaja en Mejillones y es la Presidenta y fundadora de la Asociación Socioambiental Raíces Endémicas.
Respecto a sus hobbies, Serrano, nos comenta que “la mayor parte de mi tiempo libre lo dedico al tema medioambiental ya sea actividades varias como las que conocen como actividades con la organización y también en tiempo libre quizás salir con amigos a reconocer cerros hacer senderismo trekking y de vez en cuando es algo así como algunos a compartir con con compañeros de trabajo principalmente me gusta, me gusta también las fotografías, aunque no me considero fotografía, sino más bien lo hago por hobby”.
“Mi infancia fue siempre muy cerca y viviendo en la misma naturaleza“
El apego que Carmen tiene con el medio ambiente viene desde muy pequeña, ya que fue criada en una zona rural, en la desembocadura del Río Limarí, donde actualmente está el humedal río Limarí, ubicado a los pies del Parque Nacional Fray Jorge, en la región de Coquimbo, es por ello que recuerda “mi infancia fue siempre muy cerca y viviendo en la misma naturaleza, entonces, yo creo que desde ahí vino“.
A los 10 años llegó a Antofagasta. Con el pasar del tiempo alrededor de los 23 años, comenzó a ser animalista, rescataba perros y gatos abandonados, “estuve por mucho tiempo así, rescatando y rehabilitando y dando en adopciones gatos y perros abandonados, inclusive fui parte de la organización de la Feria de la solidaria por los animales acá en Antofagasta, las que estuvieron como cinco años consecutivos realizándose, en un gran evento que se hacía cada año en el parque croata”, comenta la activista.
Con la llegada de su segundo hijo las condiciones cambiaron un poco, pero continuaba con la necesidad de poder hacer algo más y de aportar de alguna manera, “fue como llegué a Colibrí Ecosocial, que es una asociación en donde junto a profesionales de la UCN (Universidad Católica del Norte) entre psicología y periodismo, armamos está esta ONG”.
“Los primeros años eran limpiar, limpiar, limpiar“
Carmen, recuerda que el tema del Humedal partió por el año 2016, en esa instancia, participó en una jornada de limpieza en una actividad convocada por la Municipalidad de aquel entonces, “fue la primera vez que llegué al lugar”.
Tras pasar un tiempo sin ver convocatorias para ir al lugar decidió ir por su cuenta, “me encontré con la desagradable sorpresa de que en verdad estaba todo muy lleno de basura, muy horrible y sola, con algunos amigos, empezamos. Más personas se fueron sumando de a poco en el camino, (…) me conseguía sacos o los compraba y comencé así de a poco, de a poco convocando, limpiando el lugar”.
“Los primeros años en eran limpiar limpiar limpiar y había momentos en que uno pensaba que nunca se iba a terminar todo eso”, expresa Serrano. Agrega que, “Con harta, con harta perseverancia y con convicción de que algún día lo podría lograr, era que asistía a todos los fines de semana al humedal. Convocaba constantemente operativos de limpieza, después empecé a llamarle jornada socioambiental, en donde a la gente igual le enseñaba del lugar”.
“Falta un real compromiso por parte de las autoridades”
Lamentablemente, en todos estos años, el Humedal se ha visto enfrentado a muchas amenazas e indiferencias de autoridades, por lo que el trabajo de Carmen, en conjunto con la organización Raíces Endémicas, se volvió fundamental para la protección y conservación del lugar.
La presidenta de la Asociación, relata que “cuando comenzó el estallido social en el año 2019, las vertientes sufrieron como un ataque incendiario. No sé cómo, pero la parte de abajo le prendieron fuego”. Si bien, eso fue algo muy grave, no fue lo único que amenazó al lugar, ya que, ese mismo año, se metió una maquinaria. “Una empresa cercana, se metió en la parte baja del humedal queriendo hacer como un tipo de canal para desviar el agua hacia el terreno”, nos cuenta. Por otro lado, en tiempo de pandemia, era un punto de “carrete de clandestino”, además, y no menos complejo, que el humedal “está al lado de una pista de motocross, entonces está constantemente expuesto a diferentes impactos y amenazas”.
Pese a las amenazas y/o ataques mencionados anteriormente, el lugar aún así sigue siendo un refugio para animales, para la flora, un punto de descanso de aves migratorias, por lo mismo, señala que el trabajo realizado en “los primeros años ha sido como bastante duros y donde tienes que reforzar constantemente tus convicciones y las ganas de seguir”, comenta.
Carmen reflexiona sobre lo complicado de estos años, “lo más complejo es todo el trabajo, ya sea no tener los recursos, quizás para poder hacer más, respecto a hacer estudios más profundo del humedal, por ejemplo: estudio de agua, quizás levantamiento de información más técnica del espacio”.
En la misma línea, agrega que sin duda, otro factor complejo es el poco compromiso de las autoridades que han estado en los gobiernos de turno, “que se involucre más no solamente en el humedal, sino que en todos los espacios naturales que hay, en donde Antofagasta necesita urgente que la mayor cantidad de espacio naturales sean protegidos y sean protegidos realmente, no sea algo solamente de papel, creo que eso es lo más complejo”.
La activista, también reconoce el trabajo que realizan los vecinos de Antofagasta, “yo me saco el sombrero por las personas, por la comunidad, se nota que a la gente le importa y le importa sentirse partícipe de algo y le interesa informarse de lo que hay en estos espacios de conocerlos y creo que la voluntad y de la comunidad están, pero falta un real compromiso por parte de la autoridades que sin duda ellos delegan y descansan muchas veces en las ONG y en la comunidad pero, la comunidad y las ONG también requerimos de las autoridades para poder ir más allá y poder generar más instancia de conservación y de protección a los espacios naturales que tiene Antofagasta”.
ASOCIACIÓN SOCIOAMBIENTAL RAÍCES ENDÉMICAS
Cuando terminaron las cuarentenas producto de la pandemia, Serrano, convocó a un operativo de limpieza y llegó mucha gente. Posteriormente, en una nueva convocatoria volvió a llegar mucha gente y la activista vio mucha motivación en la gente, por lo que publicó en redes sociales si es que habían personas interesadas en participar de armar una ONG, hasta que se formó Raíces Endémicas, quienes llevan más de un año formalizados legalmente.
“Para mí era un sueño lograr que esa vertiente estuviera protegida“
El martes 31 de enero del 2023, el Diario Oficial, publicó la noticia que oficialmente se declaraba como Humedal Urbano a Las Vertientes Norte de la Chima de Antofagasta. Dicha resolución, permitirá que el humedal esté resguardado bajo la Ley 21.202.
Sin duda, una gran noticia para nuestra ciudad, para Carmen Serrano y quienes conforman la Asociación Socioambiental Raíces Endémicas.
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La presidenta y fundadora de la ONG, recuerda que, “cuando la ministra Maisa estuvo acá en Antofagasta, el seremi, Gustavo Rivero, me llama por teléfono y me menciona de que ya habían firmado la solicitud declaratoria que faltaba, que iba a ser un trámite para que se publicara en el Diario Oficial y en ese instante para mí fue como muy emocionante me puse hasta llorar, porque en verdad para mí es un sueño, era un sueño lograr que esa vertiente estuviera protegida, porque es un patrimonio natural, es parte de la historia de Antofagasta, de cómo se formó Antofagasta en el tiempo de los changos, está conectada con lo que es la Reserva Nacional La Chimba”.
Comenta además que este lugar es un sitio de descanso para aves migratorias y tiene su propia fauna. Agrega, que en ese lugar, este año por primera vez cercano al humedal, nidificó una una pareja de Pilpilenes, por su parte, este año por primera vez, los Pequenes, que son unos búhos que habitan en el humedal, tuvieron (ella logró ver) a tres polluelos que lograron vivir.
Finalmente, Carmen hace un análisis sobre estos años de protección en el, ahora, Humedal Urbano Vertientes de La Chimba Norte, donde su trabajo y el de Raíces Endémicas, “ha impactado positivamente el lugar y para la comunidad. Yo creo que tener este espacio verde, este espacio natural es un aporte, ya sea para el tema de la salud mental, para mejorar la calidad de vida de las personas, para generar instancias de educación social ambiental y también, por qué no, ser un punto de estrategia de turismo, que personas de afuera también vengan a conocer lo que hay en Antofagasta, que no es solamente una zona industrial y minera, sino que también tenemos bastante espacio naturales, que están invisibilizados y poco valorado”.
Carmen puntializa que “para nosotros como ONG es un gran logro, personalmente un sueño cumplido y esto no para, hay que seguir. Ahora vamos a tratar de buscar la administración de este humedal y vamos a seguir generando instancias de educación ambiental, vamos a seguir trabajando con la comunidad como ONG, con colegios con universidades y, por qué no, también con empresas, así que esto sigue, esto no termina acá y hay que seguir adelante buscando espacios que se puedan proteger y que sean un valor para la ciudad”.
Cabe recalcar, que a lo largo de este trayecto, Carmen no ha estado sola, ya que personas como Franko Arenas, Anael Videla, Alex Sánchez, Alejandro Araya y Álvaro Córdova, han sido los compañeros por el recorrido en la protección y conservación.